VALENCIA 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Centro de Investigación Príncipe Felipe (CIPF) estudia la capacidad de las células madre adultas presentes en la sangre del cordón umbilical para recuperar los daños que provoca un infarto de miocardio, según informaron hoy fuentes de la Generalitat en un comunicado.
Los primeros ensayos de esta investigación, que todavía se encuentra en su fase inicial, han demostrado en ratas de experimentación "la eficacia y seguridad" que ofrece este tratamiento, aseguraron las citadas fuentes.
Los últimos estudios se centran en la comparación del potencial terapéutico de las células madre adultas de la médula ósea, conocidas como estromales, y este mismo tipo de células procedentes de la sangre de cordón umbilical, llamadas precursores hematopoyéticos.
La investigación, realizada en el laboratorio de cardiorregeneración del CIPF que dirigen José Anastasio Montero y Pilar Sepúlveda, se lleva a cabo tanto in vitro, como a través del trasplante en un modelo animal de infarto de miocardio, lo que facilita la adquisición de nuevos de datos sobre el comportamiento in vivo de las células madre adultas procedentes de la sangre del cordón umbilical, explicaron.
La información obtenida en estos estudios sobre la capacidad de reparación de algunos tipos de células troncales humanas adultas podría ser de interés para el futuro desarrollo de protocolos de uso clínico, aseveraron.
En este sentido, el conseller de Sanidad, Manuel Cervera, subrayó "la apuesta de la Generalitat por mejorar la calidad de vida de las personas que padecen una enfermedad cardiovascular", al tiempo que destacó "la importancia de las investigaciones que la sanidad valenciana está impulsando para mejorar la calidad de vida del paciente".
El laboratorio de cardiorregeneración del CIPF dedica la mayor parte de sus investigaciones al estudio de la biología de las células madre humanas adultas y su utilidad terapéutica para el tratamiento del infarto de miocardio.
Así, según Cervera, "uno de los principales retos de la investigación de las enfermedades cardiovasculares se centra en descubrir de qué forma se puede recuperar el corazón que ha sufrido un infarto para que pueda volver a funcionar correctamente".
El CIPF ha puesto a punto un modelo de infarto en ratas inmunodeprimidas, que toleran el transplante de células humanas. El laboratorio de cardiorregeneración dispone de ecógrafo Doppler de alta resolución y cuenta con la posibilidad de marcar las células trasplantadas mediante transducción retroviral para la identificación en el tejido cardiaco tras su trasplante, apuntaron las mismas fuentes.
Estas técnicas permiten comparar tanto la capacidad de integración y diferenciación de las células humanas trasplantadas, como el seguimiento de la recuperación de las zonas dañadas del corazón.
Además, dispone de un laboratorio de histología y microscopía electrónica, puesto a punto en colaboración con el también investigador del CIPF, J. M. García-Verdugo.
DETENER LA MUERTE CELULAR
En una línea de investigación paralela, el grupo trabaja en la evaluación de la capacidad de un nuevo polímero terapéutico de inhibir la apoptosis o muerte celular de los cardiomiocitos sometidos a bajas concentraciones de oxígeno.
Este compuesto, desarrollado por los doctores Enrique Pérez-Payá y María Jesús Vicent y patentado por el CIPF, es capaz de inhibir la muerte apoptótica de los cardiomiocitos producida por la isquemia y se va a iniciar un estudio para evaluar su potencial terapéutico en ratas con infarto de miocardio experimental.