MADRID, 16 Ago. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de científicos ha descubierto un gen que ha experimentado un acelerado cambio evolutivo en humanos y está activo durante un estado crítico en el desarrollo cerebral. Aunque los investigadores aún tienen que determinar la función precisa del gen, las evidencias señalan que podría jugar un importante rol en el desarrollo de la corteza cerebral e incluso podría explicar la notable expansión de esta parte del cerebro durante la evolución del hombre.
"Llegados a este punto, sólo podemos especular sobre el rol del gen en la evolución del cerebro humano, pero es excitante encontrar un nuevo gen implicado en el desarrollo cereral", dijo David Haussler, director del Centro de Ciencia e Ingeniería Biomolecular (CBSE en sus siglas en inglés) de la Universidad de California e investigador del Instituto Médico Howard Hughes.
El estudio, publicado hoy en la revista 'Nature', fue cedido por los investigadores del CBSE, Katherin Pollard y Sofie Salama, quienes trabajaron con un equipo internacional de colaboradores que incluían varios neurólogos de Bélgica y Francia. Pollar, actualmente profesor asistente de Estadística, desarrolló un extenso análisis en el que comparó genomas de humanos, chimpancés y otros vertebrados para identificar los elementos del genoma humano que experimentaron los cambios evolutivos.
GENES SUPERPUESTOS
En este sentido, el estudio mostró una lista de las partes del genoma humano que más rápido han evolucionado y consecuentemente se centraron en una zona llamada HAR1. Esta zona forma parte de dos genes superpuesto., uno de los cuales, el HAR1F, se encuentra activo en la célula nerviosa 'Cajal-Retzius'. Esta neurona desprende una proteina llamada reelin que guía el desarrollo de las neuronas en la formación de conexiones entre ellas.
El análisis de Pollard mostró que HAR1 es esencialmente la misma en todos los mamíferos excepto en humanos. Hay sólo dos diferencias entre los genomas de pollos y chimpancés en la secuencia de HAR1 de 118 bases. Esta semejanza significa que la secuencia de ADN permaneció inalterable durante cientos de millones de años de historia evolutiva. Pero en algún momento después de que la línea de los humanos se separase de su más cercano antepasado, los chimpancés hace entre cinco o siete millones de años, el HAR1 empezó a cambiar notablemente.
Otras investigaciones en curso podrían dirigirse hacia nuevos descubrimientos sobre la función del HAR1, según señaló Salama. Además, Haussler apuntó que este proyecto ha sido uno de los primeros en usar el 'wet lab' que él estableció para explorar y verificar las predicciones generadas en su equipo de investigación sobre el genoma.