MADRID 1 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) han descubierto que en los primeros estadios embrionarios de los mamíferos las células se embarcan en una batalla por la supervivencia en la que parte de ellas, las menos activas, son eliminadas por sus hermanas.
Este fenómeno, denominado 'competición celular', se produce en una ventana temporal definida, entre los días 3 y 7 de desarrollo en el ratón, durante los cuales el embrión se convierte en un "todos contra todos", según han explicado la primera autora del trabajo, Cristina Clavería, y el director de investigación del Departamento de Desarrollo y Reparación Cardiovascular del CNIC, Miguel Torres.
"Gracias a ello, el organismo en formación se optimiza durante el desarrollo, seleccionando las células teóricamente más aptas para soportar las funciones vitales durante toda la vida del nuevo individuo. Esto podría ser especialmente importante en organismos longevos, como los humanos, que deben mantener la funcionalidad de sus tejidos durante toda una larga vida", ha explicado Clavería, cuya investigación ha sido publicada en la revista 'Nature'.
Por su parte, Torres ha explicado que cuando se impide la 'competición celular', las células que normalmente hubiesen perdido la batalla se vuelven capaces de contribuir al nuevo organismo. "Pensamos, sin embargo, que este organismo será probablemente menos apto que el que se hubiera formado normalmente. En qué sentido será menos apto es una cuestión del máximo interés que abordaremos en los próximos años", ha apostillado.
De hecho, los investigadores han sido capaces de determinar de antemano qué células serán las vencedoras: las que presentan mayores niveles de la proteína Myc, un controlador de la capacidad metabólica celular. Del mismo modo, mediante una técnica desarrollada por ellos para producir mosaicos genéticos, han logrado manipular los niveles de 'Myc' amañando de este modo el resultado de la "pelea".
Por tanto, a juicio de los investigadores, el estudio demuestra que el embrión temprano es un mosaico de células con niveles muy diferentes de 'Myc' en el que las células con más 'Myc' eliminan a las que tienen menos. "Sin embargo, es importante entender que las que mueren son células viables. Su eliminación se produce únicamente porque el embrión cuenta con células más aptas capaces de reemplazarlas y por tanto se trata de un mecanismo de optimización, no de reparación", han apuntado.
Asimismo, en el trabajo se ha demostrado que en esta batalla celular no se desperdician recursos, sino que cuando mueren las células perdedoras son engullidas y digeridas por sus vecinas vencedoras que, de esta manera, reciclan y aprovechan en beneficio del embrión todos sus nutrientes.
Por tanto, la investigación ha dado respuesta a parte de los interrogantes planteados hace casi cuarenta años por los científicos, también españoles, Ginés Morata y Pedro Ripoll que en 1975 descubrieron en la mosca del vinagre la competición celular. En aquella ocasión consiguieron producirla en el ala de la mosca mediante manipulación experimental. Desde entonces se ha sugerido su implicación en procesos como el inicio de la progresión tumoral o la regeneración de tejidos, pero nunca, hasta el presente trabajo, se había descrito su función natural.