BARCELONA 18 May. (EUROPA PRESS) -
El Instituto de Investigación del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona ha participado en el estudio que ha identificado la primera variante genética de la hepatitis C, el gen IL28B, con capacidad de predecir si un paciente tendrá una buena o mala respuesta al tratamiento.
"El citado gen permite diferenciar los pacientes que responderán bien al tratamiento y los que necesitarán tratamiento combinado o más medicación, tratándose de la primera vez que tenemos un marcador genético para diferenciar los pacientes con hepatitis C crónica", destacó el jefe del Servicio de Hepatología del Vall d'Hebron y único firmante español del artículo, Rafael Esteban Mur.
La investigación, publicada en la revista 'Gastroentergology', ha sido liderada por el médico J.C. McHutchison, del Duke Clinical Research Institute, de Durham, en Carolina del Norte.
"Se están investigando diferentes marcadores genéticos, pero, de momento, el IL28B es el único validado. En la práctica clínica, ya se están haciendo pruebas de este genotipo y dentro de seis meses es posible que dispongamos de 'kits' para hacerlas de forma rutinaria. Diferentes empresas trabajan en el desarrollo de estos 'kits'", avanzó Esteban.
La hepatitis C es una enfermedad infecciosa del hígado que se contrae por vía sanguínea. Por tanto, las personas que toman drogas inyectadas, aquellas que se hacen un 'piercing' sin las condiciones higiénicas adecuadas, y los pacientes que se someten a una hemodiálisis o una transfusión de sangre se encuentran en situación de riesgo de contraerla.
Esta enfermedad afecta a entre el 0,7% y el 2,5% de la población. En España, la prevalencia se sitúa en el punto intermedio alto de esta horquilla, ya que en los países del norte de Europa se encuentra alrededor del 0,3% y el 0,5%, mientras que en los países del Mediterráneo (Italia, Grecia y España) tiende más a más del 2%.
En los últimos cinco años, la aparición de nuevos casos (incidencia) ha bajado progresivamente, debido al aumento de las medidas de seguridad en las transfusiones de sangre y al descenso de la drogadicción por vía endovenosa.
El tratamiento estándar actual de la hepatitis C se basa en la administración de interferón pegilado y ribavirina. Con este tratamiento se curan entre el 70% y el 80% de los pacientes infectados por los genotipos 2 y 3 del virus de la hepatitis C, mientras que sólo se curan el 50% de los pacientes que tienen el genotipo 1 del virus, que es el más difícil de tratar y el que predomina en España. Esta dificultad en el tratamiento provoca que, a menudo, los enfermos lo abandonen.
Por ello, en los últimos años varios ensayos clínicos se han dirigido a estudiar la respuesta terapéutica de los tratamientos a los pacientes del genotipo 1 y como mejorarla.