CGE y Médicos Sin Fronteras abordan las dificultades sanitarias en la ayuda humanitaria

La nueva presidenta de Médicos Sin Fronteras en España, la enfermera Paula Gil Leyva, visita la sede del CGE para compartir las últimas Iniciativas de la ONG.
La nueva presidenta de Médicos Sin Fronteras en España, la enfermera Paula Gil Leyva, visita la sede del CGE para compartir las últimas Iniciativas de la ONG. - CGE
Publicado: martes, 1 marzo 2022 18:05


MADRID, 1 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Consejo General de Enfermería (CGE) y Médicos Sin Fronteras se han reunido este martes para analizar el papel de las enfermeras en cooperación internacional, puesto que es un área que presenta cada vez mayores dificultades para las profesionales que desean prestar ayuda humanitaria.

La reunión ha servido para conocer las últimas iniciativas
de ambas entidades en materia de cooperación internacional, acción humanitaria y formación. La vicepresidenta del Consejo General de
Enfermería, Pilar Fernández y la recién elegida presidenta de Médicos Sin Fronteras España, la enfermera Paula Gil Leyva, han sido las protagonistas de este encuentro.

Paula Gil ha explicado que, dentro del personal sanitario de la ONG, las enfermeras y auxiliares de enfermería son los profesionales sanitarios más numerosos y que hay destacadas enfermeras y
enfermeros coordinando a todos los equipos de Médicos Sin Fronteras en distintos países de todo el mundo.

"Hay muchos espacios de colaboración entre Médicos Sin Fronteras y el Consejo General de Enfermería, esta es la casa de todas las enfermeras que trabajan con nosotros. Es muy importante el trabajo que hace el Consejo para dar visibilidad al sector de la enfermería", ha manifestado.

Uno de estos puntos de colaboración se basa en la difusión que va a hacer el Consejo General de Enfermería de la labor de los profesionales sanitarios en el área de la cooperación internacional, un apartado no tan conocido para la mayor parte de las enfermeras españolas, según CGE.

Otro de los temas que han abordado es cómo el COVID-19 ha golpeado con dureza al personal sanitario, sobre todo en países de renta media y baja, en los que ha habido entre 80.000 y 180.000 sanitarios fallecidos, según las estimaciones, a causa de la
pandemia lo que, a su vez, repercute en la salud de las poblaciones más vulnerables debido al cierre de estructuras de salud, a la paralización de programas de lucha contra la malaria, el VIH o la tuberculosis, o a la suspensión de campañas de vacunación para combatir enfermedades como el sarampión, que afectan
mayoritariamente a la población infantil.