MADRID 17 Sep. (EUROPA PRESS) -
El Consejo General de Enfermería (CGE) ha lanzado una nueva macroencuesta para poder tomar el pulso a los principales problemas que afectan a las enfermeras y orientar las correspondientes estrategias de comunicación, reivindicación y negociación tanto en el ámbito autonómico, como estatal.
Así, la Organización Colegial busca de nuevo analizar cómo está la situación en estos momentos, dos años después de la anterior encuesta que realizó para ver cómo había afectado la pandemia de COVID-19 en la salud y en la vida laboral de las enfermeras.
Conscientes de los problemas a los que se enfrentan actualmente las enfermeras, algo que pone incluso en riesgo la salud de los pacientes debido a la falta de profesionales y a la falta de tiempo para atenderlos en condiciones, el CGE insta a todas las enfermeras y enfermeros a participar en la encuesta.
"Desde hace años venimos denunciando una situación que se agrava cada vez más y es que hacen falta más de 90.000 enfermeras en nuestro país. La escasez y la diferencia en las ratios con la Unión Europea ponen en riesgo no solo el buen funcionamiento del Sistema Nacional de Salud, sino también la salud y la calidad de vida de los pacientes. Hace dos años quisimos ver cómo estaban nuestros compañeros tras la peor crisis sanitaria de nuestra historia y los resultados fueron demoledores. Ahora, queremos comprobar si algo ha cambiado o todo sigue igual y podemos, así, tomar cartas en el asunto", afirma el presidente del CGE, Florentino Pérez Raya.
Los países con infradotación de enfermeras tienen un mayor nivel de estrés, burnout e insatisfacción en el trabajo debido a la sobrecarga que las enfermeras soportan, y esto las aboca al desgaste y al abandono de la profesión.
Este estudio ayudará a conocer la situación en la cual se encuentran muchas enfermeras, no solo a nivel profesional sino también a nivel personal; permitir concienciar a las diferentes instituciones de la situación que están viviendo los enfermeros y poder actuar lo antes posible para que estas consecuencias no deriven en situaciones más graves tanto para la sociedad como para los propios profesionales.
"Si nuestros profesionales sanitarios disfrutan de una salud mental adecuada los servicios que prestarán serán de calidad, por tanto, la población en general se verá beneficiada de esta identificación. Cuanto antes se comience a poner solución a las patologías encontradas, la calidad de los servicios será mejor", subraya Pérez Raya.
En este sentido, desde el Consejo General recuerdan algunos de los datos obtenidos con la encuesta realizada en 2022 y es que, en ese momento, un tercio de las enfermeras aseguraban haber sufrido depresión; seis de cada diez, insomnio, y algo más de dos terceras partes, episodios de ansiedad.
Asimismo, casi la mitad se planteó abandonar la profesión y un 30 por ciento no volvería a estudiar la carrera. Las enfermeras califican con un rotundo suspenso aspectos como la conciliación de la vida familiar (2,97 sobre 10), carga de trabajo (3,35), reconocimiento de la carrera profesional (2,92), salario (3,37) y desarrollo de las especialidades (2,28). Y, por último, se puso de manifiesto que el 98,7 por ciento ni se siente reconocida por los políticos ni confía en que estos den soluciones.
"Las administraciones, tanto autonómicas como nacionales, deben trabajar para mejorar estas cifras que, estoy seguro, no son mucho mejores cuatro años después de la pandemia. Lejos de intentar mejorar la situación que nos dejó el COVID-19, muchos gobiernos regresaron atrás y no valoraron el trabajo que se realizó durante muchos meses para frenar la transmisión y, posteriormente, para llevar a cabo una campaña de vacunación histórica. Con los resultados que obtengamos de esta encuesta, decidiremos qué pasos seguir y cómo actuar para solucionar el problema al que nos enfrentamos en la actualidad", concluye el presidente de las enfermeras.