MADRID, 28 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), en coordinación con la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), impulsa el liderazgo internacional de España en la erradicación del tráfico de órganos, mediante la propuesta de Declaración sobre la responsabilidad de los profesionales médicos en la prevención de esta práctica, según han indicado los representantes de ambas organizaciones en la 71 Asamblea General de la Asociación Médica Mundial (AMM), Córdoba 2020.
"España quiere liderar la lucha contra el tráfico de órganos porque como líderes internacionales en donación y trasplante, tenemos obligación de compartir nuestra fórmula de éxito y poner de manifiesto nuestra tolerancia cero en estas prácticas", ha expresado la directora de la ONT, Beatriz Domínguez-Gil, añadiendo que en España "no existe el problema del tráfico porque los pacientes pueden acceder en tiempo al órgano que necesitan y, además, contamos con un sistema muy protegido frente a los delitos de este tipo".
Así, ha añadido que los delitos relacionados con el trasplante son una práctica que vulnera derechos básicos fundamentales, además de suponer un riesgo para la salud pública, ya que aumenta el riesgo de infección y facilita la entrada de organismos multirresistentes.
Por otro lado, según Fernández-Gil, con el tráfico se favorece la explotación de los sectores más vulnerables de la población, "pero a diferencia de otros delitos, este requiere de la participación de profesionales e instituciones sanitarias", ha advertido.
En este sentido, ha explicado que los profesionales sanitarios, a lo largo de su vida profesional, se van a ver en diferentes escenarios "que le van a permitir intervenir para prevenir o luchar contra este tipo de delitos", ya que pueden interaccionar con víctimas potenciales o reales de tráfico de órganos. Además, sus propios pacientes le pueden expresar su intención de obtener un órgano de forma ilícita, ante la desesperación de una donación que no llega.
"En estos casos, el médico debe advertir de los peligros", ha expresado la directora de la ONT. Asimismo, un paciente trasplantado, aunque haya sido fruto del tráfico, necesita atención médica de por vida, por lo que, en todos los escenarios, "los médicos pueden actuar", ha insistido.
"Invitamos a la Asamblea Médica Mundial a contribuir a la erradicación de este tipo de delito, haciendo énfasis en lo que el médico puede hacer, proporcionando una guía clara y, además, formarle en estos delitos, sobre cómo combatirlos y empoderarle para que pueda tomar las acciones necesarias", ha explicado la directora, en torno a los objetivos de dicha declaración.
Por ejemplo, ha añadido, cuando un médico evalúa a un donante, debería examinar también el carácter altruista de la donación, y descartar que en la misma exista coacción económica. Por otro lado, si el paciente le informa de que quiere viajar para conseguir el órgano, "el profesional debe advertirle de que contribuye a la explotación", sentencia Fernández-Gil.
Por otro lado, cuando el paciente vuelve con un órgano que ha conseguido de forma ilícita, el médico tiene el deber del cuidado, es decir, de seguir atendiendo adecuadamente al paciente, pero la directora de la ONT insiste en que el profesional tiene también dos obligaciones: notificar a las autoridades de lo sucedido e informar del paciente en los registros nacionales de donación y trasplante. También debe notificar casos sospechosos de tráfico de órganos a las autoridades competentes para facilitar la investigación y persecución de este tipo de delitos.
En este sentido, la directora ha insistido en la necesidad de generar un sistema que permita al profesional sanitario comunicar estos casos, aunque ello implique la modificación de los códigos deontológicos. "A los médicos se les debería eximir del deber de guardar el secreto profesional en caso de tráfico de órganos", ha apuntado Domínguez-Gil. De igual forma, el médico también debe plantear la opción de la donación y posibilitarla si es coherente con los valores de la persona que está a punto de fallecer.
Así, Domínguez Gil ha destacado que el perfil del trasplantado con órganos conseguidos de forma ilícita es el de una persona de un país rico o con minorías ricas que pueden acceder al trasplante, pero tienen una contraindición médica. Viajan a países en vías de desarrollo, donde no hay legislaciones al respecto, y son trasplantados, pese a la contraindicación, en otros destinos en contexto de tráfico de órganos. En este sentido, la directora de la ONT ha querido recordar que, según datos de la OMS, entre un 5 y 10 por ciento de los trasplantes se hacen bajo el marco de la comercialización.
DISMINUCIÓN DE DONACIONES Y TRASPLANTES DURANTE LA PANDEMIA
La saturación de las UCIs, así como el miedo a que el paciente trasplantado se contagiara de la Covid-19, ha disminuido el número de trasplantes en marzo, abril y mayo. "No obstante, luego hemos reconstruido el programa y estamos alcanzando un ritmo de actividad que se aproxima al de los correspondientes meses del año 2019". En este sentido, ha explicado que los 9 primeros meses de 2020, con respecto al año anterior, ha habido un descenso de donaciones del 26 por ciento, y un descenso trasplantes del 22 por ciento.
"El programa ha aprendido a coexistir con el virus, ya que hemos generado evidencia sobre lo que supone la Covid en los pacientes trasplantados y hemos tratado de dar indicaciones claras a los centros", ha concluido Fernández-Gil.