LOS ANGELES, 22 Abr. (OTR/PRESS) -
Un estudio de la Universidad de UCLA, en California, ha revelado que ante la toma de una decisión justa nuestro cerebra reacciona de la misma forma que al recibir recompensas como ganar dinero o comer chocolate. Por el contrario, cuando nos enfrentamos a una situación que nos parece injusta y nos tragamos nuestro orgullo, se activa la parte de nuestro cerebro dedicada al autocontrol mientras que la región que regula los disgustos muestra una reacción menor.
El estudio, elaborado por científicos de la Universidad de UCLA, consistió en agrupar a 12 estudiantes, nueve de ellos mujeres, de una media de edad de 21 años, para a continuación ofrecerles distintas cantidades de dinero para observar su reacción cerebral. Así, en los casos en los que la persona rechazaba la oferta, ni ella ni el que ofrecía el dinero recibían un céntimo. Pero entre los que la aceptaban, había un caso justo (de 10 dólares cada uno se llevaba 5 dólares) y otro injusto (de 23 dólares el que se exponía al experimento sólo se llevaba 5 dólares).
Durante estas investigaciones, los cerebros de los participantes estaban conectados a un escáner, que reveló cómo tratamos "la justicia como una recompensa". Así lo explicó Matthew D. Lieberman, miembro del estudio, en el informe, publicado en el número de abril de la revista Psychological Science. De esta forma, descubrieron que "recibir una oferta justa activa los mismos circuitos del cerebro que cuando comemos con ansia, ganamos dinero o vemos a alguien guapo", según el estudio recogida por otr/press en la web de la universidad.
Además, esta parte del cerebro, que incluye el cuerpo estriado ventral y la corteza prefrontal ventromedial, corresponde a la misma parte del cerebro que se activa en ratas, ratones y monos cuando ven comida. Esto supone, según explicó otro de los responsables del estudio, Golnaz Tabibnia, que cuando nos tratan con justicia nuestra sensación es similar a la satisfacción de alguna de nuestras necesidades básicas.
AGUANTAR EL ORGULLO
En cuanto a los resultados del estudio, cuando la gente aceptaba las ofertas que tan sólo incluían un 20 o 30% del dinero total, la parte del cerebro que regula la recompensa no se activaba. Sin embargo, la misma parte del cerebro sí se activaba con las ofertas justas.
De esta forma, observaron también que la zona del cerebro llamada ínsula, asociada con el disgusto, se activa en mayor medida ante ofertas que rozan lo insultante. Por ello, cuando la gente aceptaba estas ofertas claramente injustas, se activaba la zona prefrontal, que regula la emoción, pero la ínsula.
Sin embargo, cuando los que habían recibido la oferta injusta y en lugar de reclamar decidían controlar su orgullo, se activaba la región del cerebro asociada con el autocontrol, pero la relacionada con los disgustos presentaba una menor reacción, de forma que "si regulamos nuestra sensación de estar siendo insultados, podemos aceptar la oferta injusta y coger el dinero".