MADRID 8 Feb. (EUROPA PRESS) -
En España hay actualmente más de 250.000 personas con epilepsia, una enfermedad neurológica que debuta sobre todo en las primeras etapas de la vida, hasta el punto de que cerca del 80 por ciento de estos pacientes son menores de 18 años y uno de cada cinco (unos 60.000) tienen menos de 14 años.
Así lo ha asegurado el doctor Ignacio Málaga, miembro de la Unidad de Neuropediatría del Hospital Universitario Central de Asturias y uno de los coordinadores del primer 'Atlas de Epilepsia en la edad pediátrica' presentado en España, avalado por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y la Sociedad Española de Neurología Pediátrica (SENEP).
La enfermedad, cuyo origen puede ser muy variado en función de la edad del diagnóstico, tiene su incidencia más alta durante los primeros diez años de vida, cuando se detectan entre 75 y 250 casos por cada 100.000 habitantes.
En estos casos, ha reconocido Málaga, el pronóstico suele ser muy esperanzador ya que "en hasta el 70 por ciento de estos pacientes se consigue la curación o un control y reducción de las crisis", caracterizadas por convulsiones acompañadas de vértigos y mareos.
"Entre un 20 y 30 por ciento de los pacientes se curan prácticamente solos, por lo que ni siquiera es necesario iniciar un tratamiento", asegura este experto, lo que permite a estos menores llevar una vida social normal.
Sin embargo, en otro porcentaje similar de casos los tratamientos sólo consiguen que la enfermedad remita parcialmente y, de hecho, entre un 30 y 40 por ciento de los pacientes continúan con los síntomas hasta edad adulta.
El problema en estos casos, señala Málaga, es que más allá de los propios síntomas de la enfermedad, también afecta al desarrollo del menor, causando problemas de aprendizaje o de adaptación. Asimismo, esto también favorece que sea una enfermedad "muy estigmatizada".
UNO DE CADA CUATRO CASOS MÁS GRAVES SON CANDIDATOS A CIRUGÍA
Estos pacientes, explica el jefe de Sección de Neurofisiología del Hospital Sant Joan de Deu de Barcelona, Francesc Sanmartí, que también ha coordinado la elaboración del atlas, deben ser derivados a una unidad específica para realizar un estudio prequirúrgico, ya que hasta uno de cada cuatro son candidatos a cirugía.
En los que no pueden ser intervenidos, el abanico terapéutico varía según el tipo de epilepsia, desde la estimulación del nervio vago al uso de una dieta rica en grasas, llamada dieta cetógena, o a la combinación simultánea de varios fármacos.
"En los últimos 20 años se han sintetizado más fármacos que en más de 100 años", reconoce este experto, que sin embargo ha lamentado que "sólo unos pocos permanecen estables y con una eficacia probada".
Además, Sanmartí critica que "pese a ser una enfermedad con más prevalencia en la infancia, cuando sale un nuevo fármaco suele estar indicado para mayores de 16 ó 18 años".