MADRID 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
En los primeros estadios del desarrollo embrionario de los mamíferos las células se embarcan en una batalla por la supervivencia en la que parte de ellas, las menos activas, son eliminadas por sus 'hermanas', según han descubierto Investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
El trabajo, que publica la revista 'Nature', demuestra la competencia celular, un fenómeno descrito por investigadores españoles en 1975, y muestra que en el proceso de la vida se optimiza los embriones mediante la eliminación de las células menos aptas.
La 'pelea a muerte' entre las células se produce, según han podido comprobar en un modelo animal, concretamente en el ratón, durante los día 3 y 7 de su desarrollo. Durante estos días, el embrión "se convierte en un todos contra todos", señalan la doctora Cristina Clavería, primera autora del trabajo, y el doctor Miguel Torres, director de la investigación y del Departamento de Desarrollo y Reparación Cardiovascular del CNIC.
"Gracias a ello el organismo en formación se optimiza durante el desarrollo, seleccionando las células teóricamente más aptas para soportar las funciones vitales durante toda la vida del nuevo individuo", señala Clavería.
Según los autores, esto podría ser especialmente importante en organismos longevos, como los humanos, que deben mantener la funcionalidad de sus tejidos durante toda una larga vida.
El trabajo, según señalan, viene a demostrar que en esta batalla celular no se desperdician recursos; las células perdedoras al morir son engullidas y digeridas por sus vecinas vencedoras, que de esta manera reciclan y aprovechan en beneficio del embrión todos sus nutrientes.
¿QUIÉN VENCERÁ?
Los investigadores afirman que de antemano se puede determinar qué células serán las vencedoras, ya que presentan mayores niveles de la proteína Myc, un controlador de la capacidad metabólica celular.
Del mismo modo, mediante una novedosa técnica desarrollada por ellos para producir mosaicos genéticos, son capaces de manipular los niveles de Myc amañando de este modo el resultado de la pelea.
Según Clavería y Torres, el estudio demuestra que el embrión temprano es un mosaico de células con niveles muy diferentes de Myc en el que las células con más Myc eliminan a las que tienen menos. Sin embargo, es importante entender que las que mueren son células viables.
"Su eliminación se produce únicamente porque el embrión cuenta con células más aptas capaces de reemplazarlas y por tanto se trata de un mecanismo de optimización, no de reparación", apuntan los investigadores.
Por otro lado, Torres apunta a que cuando se impide la competición celular, las células que normalmente hubiesen perdido la batalla se vuelven capaces de contribuir al nuevo organismo
"Pensamos, sin embargo, que este organismo será probablemente menos apto que el que se hubiera formado normalmente. En qué sentido será menos apto es una cuestión del máximo interés que abordaremos en los próximos años", concluye.