SEMES-A pondrá a la venta pulseras rojas por un euro y destinará los beneficios a implantar desfibriladores en zonas deprimidas
CÓRDOBA, 19 Ene. (EUROPA PRESS) -
La Catedral de Córdoba se va convertir en el primer Monumento Patrimonio de la Humanidad, declarado por la Unesco, que esté 'cardioprotegido' conforme a los estudios y recomendaciones del Grupo DESA de la Sociedad de Urgencias y Emergencias Sanitarias (Semes).
El proyecto contempla tanto la instalación de dos desfibriladores semiautomáticos colocados en el recinto, como la formación de 16 trabajadores del templo en el uso de los citados aparatos para intervenir en casos de parada cardiorrespiratoria.
En una rueda de prensa en la capital cordobesa, el obispo de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, ha subrayado que "hoy vivimos en la cultura de la seguridad" y, a su juicio, esta iniciativa ofrecer "seguridad a las miles de personas que visitan este templo emblemático y único en el mundo", al tiempo que ha destacado que se trata de un proyecto pionero.
Por su parte, el presidente de SEMES, Fernando Ayuso, ha recordado que "la muerte súbita cardiaca es algo que no sabemos cuando va a ocurrir ni en qué lugar", por lo que ha señalado que, "en sitios emblemáticos como éste, con el paso de más de un millón de personas al año hay riesgo potencial de que pueda ocurrir" una parada cardiorrespiratoria.
Asimismo, Ayuso ha anunciado la puesta en marcha de una línea solidaria con este proyecto mediante la venta de pulseras rojas por un euro, cuyos beneficios se van a destinar a implantar desfibriladores "en zonas deprimidas que no dispongan de recursos para poder implantar" el aparato, informa el presidente de Semes.
Entretanto, el presidente del Cabildo Catedralicio, Manuel Pérez Moya, ha comentado que entre las visitas al templo "ha habido casos puntuales de paradas cardiorrespiratorias", de modo que esta iniciativa es "una ayuda para todos los visitantes y que se sientan auxiliados en momentos de necesidades tan perentorias".
Al respecto, Pérez Moya ha recordado que incorporar esta iniciativa es de "máxima urgencia" y que se une a las "muchas medidas de seguridad" de la Catedral, entre las que menciona los protocolos con la Policía para prevenir incendios o las medidas hasta de carácter diplomático para evitar sucesos como el de marzo de 2010 cuando ocho musulmanes austriacos comenzaron a rezar por el rito musulmán en el interior del recinto y supuestamente agredieron a varios vigilantes de seguridad y un agente de la Policía Nacional, cuestión que está pendiente de juicio.