La castración química debe mantenerse para que siga siendo eficaz

Actualizado: jueves, 4 julio 2013 15:18

MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

El coordinador del Grupo de Andrología de la Asociación Española de Urología (AEU), Natalio Cruz, ha explicado que el tratamiento de la castración química, que inhibe la producción de testosterona para reducir el impulso sexual, debe aplicarse de forma continuada para mantener su eficacia.

Así lo ha reconocido después de que el conocido como 'segundo violador del Eixample', Alejandro Martínez Singul, vaya a salir de la cárcel tras haber cumplido condena y después de someterse a un tratamiento conocido como castración química.

Este tratamiento, ha explicado el doctor Cruz en declaraciones a Europa Press, suele aplicarse periódicamente cada tres o "seis meses máximo". El problema, según reconoce, es que "en el momento que deja de acudir a su dosis, disminuye el efecto".

"El riesgo que se abre ahora es que en libertad no hay garantías de que vaya a continuar el tratamiento", ha reconocido este experto, que insiste en que el tratamiento "realmente eficaz, de por vida y que no depende de administración" es la castración quirúrgica.

Además, ha aclarado que en el caso de la castración química sólo se inhibe el impulso sexual "pero no hacia dónde se dirige dicho impulso", para lo que es necesario una terapia psicológica.

Se trata de un tratamiento de carácter voluntario destinado a los internos con un alto riesgo de reincidencia en delitos como la pedofilia, el sadismo sexual, trastorno sádico de la personalidad, psicopatía y agresores sexuales en serie; la cárcel catalana homologada para este tratamiento es el centro penitenciario de Brians 1, que lo ofrece desde 2009.

Antes de la castración y durante diferentes momentos durante su estancia en la cárcel, el 'violador del Eixample' se sometió a la primera parte del programa dirigido a los encarcelados por delitos de violencia sexual de las cárceles catalanas conocido como programa de intervención para agresores sexuales (sac).

En este programa los presos por delito sexual trabajan en grupo de forma intensiva en diferentes módulos psicoeducativos y terapéuticos para potenciar su autocontrol, habilidades sociales, valores, empatía hacia la víctima y conciencia emocional, entre otros aspectos; en el caso de Singul después también siguió un plan individualizado.