MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha revelado como el 6 por ciento de los casos de tuberculosis que se detectan en España son ya resistentes a fármacos, con diferencias entre la población autóctona y la inmigrante, ya que estos últimos tienen el doble de riesgo de sufrir esta variante más difícil de tratar.
En concreto, y según los datos de un estudio que se presentará en el congreso nacional de esta sociedad científica que tendrá lugar en Bilbao, se ha visto que la resistencia a la isoniacida afecta al 11,9 por ciento de la población inmigrante con tuberculosis (frente al 4,1% de los nacidos en España) y la multirresistencia al 3,4 por ciento (frente al 1,2% de la población autóctona).
A pesar de que se trata de una enfermedad curable, la resistencia de la bacteria a los fármacos que se usan habitualmente para combatirla está generando un problema a nivel mundial, especialmente en los países donde es más prevalente. Pero ahora se observa como también comienza a afectar a España.
"La movilidad geográfica y diferentes factores sociales que encontramos en el mundo actual han condicionado el aumento de la resistencia a fármacos antituberculosos en muchos países", según ha reconocido Teresa Rodrigo, especialista en Salud Pública y miembro de SEPAR. De hecho, explica que el mayor riesgo en población inmigrante se debe a la elevada prevalencia de tuberculosis en los países de origen.
Todo ello hace que sea necesaria la vigilancia sistemática del paciente y el inicio del tratamiento con cuatro fármacos antituberculosos "con el objetivo de minimizar los síntomas y aumentar la adherencia".
Igualmente, han visto que las costumbres sociales y religiosas, y el bajo nivel económico del colectivo inmigrante, pueden contribuir a una baja adherencia al tratamiento.
"En los casos de pacientes inmigrantes que sufren tuberculosis hemos observado que existe una mayor dificultad en la comprensión de la enfermedad y su tratamiento, debido principalmente a la barrera idiomática, social y económica", han lamentado.
En este sentido, proponen que los programas de tratamiento estén adaptados a sus necesidades para lograr mejores resultados, y en este punto recuerda que los trabajadores sociales pueden trabajar como mediadores culturales y traductores.
Asimismo, SEPAR reivindica la necesidad de un Plan Nacional de Control de la Tuberculosis y dedicar recursos para la implementación y la mejora de Programas de Prevención y Control.
"Para un adecuado control de esta enfermedad es necesario realizar seguimientos del tratamiento más exhaustivos, incluir más visitas ambulatorias y fomentar la comunicación y el conocimiento entre los profesionales sanitarios. Además, la concienciación y la difusión de conocimientos entre la población son acciones que siempre ayudan a mejorar la prevención y tratamiento de la tuberculosis", ha afirmado Rodrigo.