MADRID 19 Oct. (EUROPA PRESS) -
En España se estima que hay unas 400.000 personas con epilepsia, de quienes un 70 por ciento dispone de un arsenal de fármacos antiepilépticos para controlar su enfermedad, por lo que varios expertos insistieron en implementar los esfuerzos para conseguir la mejor calidad de vida posible de este 30 por ciento restante, en el marco de unas jornadas celebradas en el Palau de Les Arts Reina Sofía de Valencia.
Según señaló el director del Instituto Valenciano de Neurología Pediátrica (INVANEP) y jefe del Servicio de Neuropediatría del Hospital Universitario La Fe de Valencia, Fernando Mulas, "la calidad de vida es uno de los bastiones más anhelados alrededor del paciente con epilepsia, que evidentemente va en relación con un mejor conocimiento del diagnóstico de la enfermedad y de las nuevas farmacoterapias que promuevan el mejor control de sus crisis".
Además, el conocimiento y la concienciación social también son claves para lograr mejorar la calidad de vida de los pacientes con epilepsia, por lo que "la población debería ser más solidaria con estos pacientes" ante los "problemas de marginación social y profesional" que se generan en muchas situaciones y que "redundan en una percepción subjetiva del paciente de una pobre calidad de vida".
El problema se agrava cuando la marginación afecta también a la familia, ya que las limitaciones sociales y profesionales repercuten además en el núcleo familiar del paciente, que se resiente de "la impotencia de ver que un paciente no logra controlar sus crisis a pesar de los esfuerzos realizados".
Otro de los factores que merman la calidad de vida de los pacientes es el diagnóstico tardío, que "incide de forma muy negativa principalmente en la epilepsia infantil", que aparece en el primer año de vida.
En cuanto a los tratamientos existentes, los asistentes a las jornadas analizaron la reciente aprobación en España de la lacosamida, comercializada por UCB Pharma con el nombre de 'Vimpat', un nuevo fármaco para el tratamiento adyuvante de crisis epilépticas de inicio parcial, avalado por diversos estudios que han demostrado no solo su capacidad para reducir las crisis, sino también un buen perfil de tolerabilidad, lo que podría redundar en la mejora de la calidad de vida de los pacientes con epilepsia.
Según el doctor Mulas, "su eficacia es muy prometedora y seguramente se extenderá su uso en un futuro a todo tipo de crisis epilépticas. Lacosamida es una muestra de que con cada nueva medicación se abre una nueva esperanza para cada paciente con epilepsia".
Por su parte, el doctor Juan José García Peñas, del Hospital Niño Jesús de Madrid, presentó un estudio sobre los efectos adversos de los fármacos en la calidad de vida de los pacientes infantiles. A este respecto, el director del encuentro reconoció que aunque es evidente que la politerapia incide muchas veces negativamente en la calidad de vida de los pacientes, en muchas ocasiones es inevitable para controlar mejor las crisis epilépticas".