MADRID 4 Abr. (EUROPA PRESS) -
Casi la mitad de los países de Europa cuentan con políticas de reducción de sal en las comidas, según ha mostrado un informe publicado este jueves por la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien destaca, además, que los países del continente que no cuentan con estas políticas sí tienen grupos de apoyo o instituciones de investigación que están realizando campañas de prevención de consumo de sal.
Concretamente, 26 de los 53 Estados miembros tienen operativas estas políticas de reducción de sal, y 33 de ellos han iniciado algún tipo de actividad de sensibilización a los consumidores, ya sea a través de un programa de Gobierno o de una organización no gubernamental.
Asimismo, la OMS ha reflejado en su estudio, donde ha manejado datos de los Estados miembros adscritos a la OMS en la Región Europea, que la participación que ha tenido la industria en las campañas de concienciación sobre el consumo abusivo de sal ha sido "voluntaria" y abarca una variedad de actividades, incluida la reformulación de alimentos, así como la producción de 'kits' de herramientas para el público en general.
En cuanto al seguimiento que realizan los países sobre el consumo de sal de los ciudadanos, la OMS ha constatado que 25 Estados llevan a cabo análisis de orina, toman de muestras de productos alimenticios y miden los efectos que están teniendo las campañas de sensibilización.
En el caso de España, la OMS ha destacado la Estrategia 2005 para la Nutrición, Actividad Física y Prevención de la Obesidad, que recomienda reducir la ingesta de sal en unos cinco gramos al día; el Plan propuesto por el Ministerio de Sanidad para reducir la sal en el pan en un periodo de cuatro años, las informaciones ofrecidas por la Agencia de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), así como el apoyo a estas campañas del sector de la industria y de los fabricantes.
En este sentido, la OMS ha recordado que la reducción de la ingesta de sal es una de las maneras más fáciles de reducir el riesgo de accidente cerebrovascular o enfermedad cardiaca y renal. En concreto, reducir el consumo a menos de 5 gramos al día disminuye el riesgo de sufrir un ictus en un 23 por ciento, y las posibilidades de padecer una enfermedad cardiovascular en un 17 por ciento.
No obstante, ha alertado de que la ingesta diaria de la mayoría de los países de la región europea de la OMS es de aproximadamente 8,11 gramos diarios, "muy por encima" del nivel recomendado. Y es que, según ha señalado, a la hora de comer no se suele tener en cuenta la mayor parte de los alimentos que contienen más sal.
Por ejemplo, el 80 por ciento del consumo en Europa proviene de los alimentos procesados como el queso, pan y los platos preparados. "Muchas personas consumen sal mucho más de lo que creen, con resultados negativos para la presión arterial y la salud cardiovascular general", ha comentado la directora regional para Europa, Zsuzsanna Jakab, quien ha asegurado que la reducción de sal es una de las formas "más rentables" para reducir los costes que conlleva una presión arterial alta.
Por este motivo, la OMS ha recordado que los alimentos que más sal contienen son el pan, los productos cárnicos, quesos, comidas preparadas, sopas, cereales para el desayuno, productos de pescado, patatas fritas, comidas de 'catering', comidas de restaurantes, salsas, condimentos, especias y los productos que contienen patata.
Así, ha recomendado que para reducir los riesgos de padecer un ataque cardiaco o un accidente cerebrovascular, se lleve a cabo una dieta saludable, se reduzca a menos de cinco gramos diarios el consumo de sal, se realice ejercicio con regularidad, no se fume, se reduzca el consumo de alcohol y se evite el estrés.
Durante 2013, la OMS pedirá a los Estados Miembros a que participen un estudio sobre los beneficios sobre la salud de estrategias de reducción de la sal. Los resultados, espera la OMS, sirvan para dar más apoyo a las estrategias de reducción de la sal y políticas, a nivel nacional, así como regional o europeo.
Ya el año pasado se llevó a cabo un estudio piloto en Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Países Bajos, Polonia, España, Suecia y el Reino Unido, donde se pretendía comparar entre países sus beneficios. Así, ya se puso de relieve, al igual que en este informe, el amplio espectro de iniciativas de reducción de la sal que existen en la Región.