VALLADOLID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La consejera de Sanidad de Castilla y León, Verónica Casado, ha reclamado que el pasaporte COVID sea una "herramienta común" y su implantación vaya dirigida a su uso en espacios cerrados donde se quita la mascarilla como hostelería y ocio nocturno o albergues, pero considera que no es necesario en lugares como teatros, donde no se debería quitar.
Casado, que ha clausurado en Valladolid un curso sobre formación sanitaria especializada, ha pedido que sea algo común, como se ha traslado al Ministerio y no que cada comunidad tenga un sistema diferente, algo que se ha defendido siempre porque tener medidas distintas en cada una de las comunidades autónomas genera "cierta intranquilidad" en la población, algo que cree que "no es bueno".
Así, ha señalado que lo que se plantea es para sitios cerrados y donde se ve que la "tendencia" es que uno "nada más llegar" se quita la mascarilla, "se la coloca en el codo y ya no se la vuelve a poner hasta que salga, cuando es "justo lo contrario".
Es decir, este certificado o pasaporte se plantea para sitios cerrados donde sí se va a quitar la mascarilla tales como albergues, ocio nocturno o restaurantes, pero en términos generales para cualquier sitio que tenga esta característica porque si uno acude a un teatro no se va a quitar la mascarilla para nada.
"Estamos en la fase de intentar tener una postura común todos y también una herramienta común", ha apuntado la consejera, porque tener un lector de QR distinto en un sitio o en otro, cuando la gente viaja, no es lógico y la idea es ser capaces de tener una herramienta a nivel nacional y que se aplique en el momento que haya un riesgo determinado en el que es importante hacerlo.
En la última reunión que hubo de la Comisión de Salud Pública se planteaba que si se llegaba a nivel a nivel tres de riesgo, pues sería el momento de cerrar, determinados sectores, pero cree que aunque hay una incidencia muy alta los ingresos hospitalarios no están aumentando mucho, tienen un comportamiento "similar a la quinta ola", lo que significa que la vacunación está demostrando que se disminuyen el 90 por ciento de los fallecimientos y el 80 por ciento los ingresos.
"Por lo tanto tenemos que estar muy atentos para ver cómo va", ha añadido Casado, quien ha advertido de que si se incrementa "mucho" la incidencia va a haber mucha presión sobre atención primaria y si se incrementan mucho los ingresos la habrá sobre los hospitales, que es lo que se "vigila".
SEGURIDAD E INCENTIVAR VACUNACIÓN
En cuanto a los efectos que tenga la implantación del pasaporte COVID, considera que por un lado puede aumentar la sensación de seguridad porque si se entra en un sitio en el que se exige todos los que están ahí también están vacunados, aunque ha advertido de la "falsa sensación de seguridad" y dejar de ser cuidadosos con el uso de la mascarilla porque también hay personas que pueden tener la enfermedad y transmitirla.
En definitiva, la consejera cree que es una medida que se debe de valorar porque es bastante menos lesiva que otros y, además, en algunos momentos puede incentivar la vacunación, algo que le gustaría que sucediera sin utilizar medida alguna y que todo el mundo fuera consciente de la importancia que tiene.
"A mi me gustaría que se produjera, no porque tenemos el pasaporte CVID, sino porque entendemos que nos tenemos que vacunar y hay una población que está entre los 20 y 39 años en la que es mejorable su tasa de vacunación", ha agregado.
A este respecto, la consejera ha señalado que se observa que las personas que un 18 por ciento de las personas que ingresan en las plantas no están vacunados, algo que coincide un poco la tasa general en la población (pero es de entre el 20 y el 22 por ciento entre 12 y 39) que se tiene, pero de las que ingresan en la UCI casi un 40 por ciento no lo están.
"No tengamos esa sensación de bueno como se han vacunado los demás, yo soy relativamente joven, pues no voy a tener la enfermedad, que la puedo tener", ha advertido Verónica Casado, quien ha añadido que se ha demostrado en España que la vacuna funciona pero hay que seguir aumentando las tasas para llegar a un 90 por ciento de vacunados en todos los grupos etarios, que sería el objetivo a marcar.
Entre la población diana ha recordado que se ha superado el 90 por ciento y en la población en general mayor de 12 años se está en torno al 82 o el 83 por ciento, que disminuye en los grupos de 12 a 39, ha insistido la consejera, quien ha incidido en que precisamente son los que a lo mejor pueden ir más a restaurantes y lugares donde se podría implantar el pasaporte.
"Yo le haría una petición concreta a ellos y es que si no están vacunados, que por favor se vacunen", ha afirmado la consejera de Sanidad.