SEVILLA 23 Dic. (EUROPA PRESS) -
Cardiólogos andaluces han sostenido en el último número de 'Cardiocore', la revista oficial de la Sociedad Andaluza de Cardiología (SAC), que la realidad de la investigación cardiovascular en España es "desalentadora".
Según recogen en esta publicación, que ofrece también un análisis de la situación de la investigación cardiovascular en la comunidad, la realidad de la investigación cardiovascular en España "puede ser considerada desalentadora, tanto en recursos como en profesionales".
Pese a que la mayoría de estos profesionales están "bien formados", detallan que muchos de ello "optan por el camino asistencial", pese a que los institutos de investigación sanitaria "intentan cambiar esta tendencia, aproximando la investigación básica y clínica, y potenciando el concepto del hospital como centro de investigación".
Así, el vicedecano de la Facultad de Medicina de Málaga, Pedro Valdivieso, argumenta en un artículo que, en la actualidad, "no se entiende la actividad clínica si no lleva aparejada la investigación". Además, enfatiza que "una elevada actividad investigadora" mejora los estándares de calidad asistencial.
Pese a ello, resalta que la "carencia tradicional en existencias y dotación de laboratorios de investigación en los centros sanitarios se encuentra en vías de extinción, frente al equipamiento y las infraestructuras que ofrecen las universidades en Andalucía".
Tras destacar que las universidades "pueden jugar un importante papel, aportando su profesorado, su experiencia y sus infraestructuras", este autor subraya que la incorporación de profesionales sanitarios "con talento y experiencia" investigadora al profesorado de la universidad, "sin duda contribuirá a una mayor interacción entre las instituciones y finalmente a mejorar la producción científica en nuestra comunidad autónoma".
Por su parte, el doctor Pedro Sánchez, coordinador de Investigación del Servicio de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, se ha centrado en el análisis de la investigación a través de redes temáticas y ha pedido que el futuro de las redes vaya más allá del 2012. "Debería ser un compromiso de desarrollo para la investigación en innovación de este país; mantener la investigación en red implicará la reestructuración de las redes cardiovasculares en una única red cardiovascular y su planificación en torno a programas centrados en problemas relevantes de salud".
Otro punto de vista para conocer el estado de la investigación cardiovascular lo ofrece el doctor Melchor Álvarez-Mon, del Hospital Universitario Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, que afirma que los conocimientos de las ciencias básicas "no se trasladan a la actividad clínica con la rapidez y eficiencia que serían deseables para la medicina y para el paciente de forma especial".
Siguiendo con este tema, el doctor Manuel Jiménez-Navarro, editor de la revista y autor de otro de los artículos, añade que muchos profesionales sanitarios "carecen de la formación suficiente para realizar actividades experimentales para aclarar de forma científica algún hallazgo".
El médico asistencial recibe gran cantidad de información que con el adecuado análisis "podría conllevar un ahorro de costes importantes, pues muchas de las actividades diarias pueden no aportar beneficio alguno a los pacientes".
La sobrecarga de trabajo diaria de los hospitales "hace difícil la compatibilidad de la labor asistencial con el tiempo y la dedicación necesaria para la investigación", a lo que se une "la pobre motivación profesional, escasa participación en el funcionamiento y la orientación de los servicios de salud, la limitada formación científica metodológica y nula orientación a la eficiencia de los servicios de salud".
Como conclusión, afirman que la experiencia de los últimos años confirma la necesidad de que los hospitales, a través de la investigación, puedan resolver los desafíos que constantemente plantea la práctica clínica. "La mayor integración entre investigación biomédica y práctica clínica garantiza una mayor calidad de los servicios de salud y mejor y más rápida será la posible aplicación de los avances en la prevención y el tratamiento de problemas de salud importantes para los ciudadanos".
Algo, finalizan, "que no es posible sin asegurar la calidad e integridad de los investigadores y del sistema institucional que da soporte a la investigación".