MADRID, 11 Oct. (EUROPA PRESS) -
Cardiólogos del Hospital Gregorio Marañón de Madrid han implantado con éxito células madre adultas a un paciente que había sufrido un infarto agudo de miocardio. Así, con este tratamiento consiguieron regenerar su corazón, que no tenía otro tratamiento posible. Se trata del primer paciente al que se le aplica terapia celular de cualquier tipo en Madrid. De hecho, sus autores aseguran que todavía quedan varios años hasta que esta terapia se pueda recomendar como tratamiento.
La intervención del Gregorio Marañón fue realizada el pasado 27 de septiembre y el paciente, de 72 años, fue dado de alta en menos de 48 horas sin complicaciones y hace vida normal, aunque se le hará un seguimiento en los próximos meses para ver si hay evidencia de que se ha recuperado el tejido enfermo. El paciente recibió el catéter por la ingle, con anestesia local y a través de él se inyectaron las células en el tejido cardiaco que está en condiciones adecuadas para recibirlas.
El paciente había sufrido un infarto y tenía una enfermedad muy invalidante de las arterias coronarias "sin ninguna posibilidad de recuperación". De hecho, los candidatos a recibir este tratamiento con células madre aplicadas directamente por catéter en el músculo coronario, son los pacientes que no pueden beneficiarse de ninguna de las tres opciones que la medicina pone a disposición de los enfermos cardíacos, el 'stent', cirugía y pastillas y son aproximadamente el 10 por ciento del total.
71 MILLONES DE CÉLULAS MADRE.
El implante se realizó mediante 16 inyecciones administradas en el ventrículo izquierdo del enfermo, a quien se le introdujeron 71 millones de células madre extraídas de su propia médula ósea. La intervención duró unos 20 minutos y en ella participaron tres cardiólogos, así como tres enfermeras y tres técnicos de radiodiagnóstico.
Tras ser excluidas en el Instituto de Biología de Valladolid, donde ya se realizó una operación similar a ésta el pasado abril, las células se prepararon para ser implantadas en Madrid. Según Fernández-Avilés, fue "un acto heroico" y sería esencial trasladar el laboratorio al mismo centro. "Debe haber unidades de producción celular de alta calidad cerca de los pacientes", consideró. En concreto, se extrajeron 50 centilitros de la médula ósea del paciente, que fueron guardadas en cámaras de cultivo con suero fisiológico y a una temperatura determinada, para conservarlas y purificarlas.