MADRID 4 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio de la Sociedad Americana del Cáncer se suma a la creciente evidencia de que la actividad física reduce el riesgo de cáncer de mama en mujeres posmenopáusicas. Sus autores dicen que la práctica de ejercicio moderado, como caminar una hora al día, se asoció con un 14 por ciento menos de riesgo y la actividad física alta, con un 25 por ciento menos de posibilidades de desarrollar cáncer de mama en comparación una baja actividad o inactividad.
Los investigadores de este trabajo, publicado en la edición digital de 'Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention' y dirigido por Alpa Patel, compararon la práctica de ejercicio y el estado de cáncer de mama en 73.615 mujeres posmenopáusicas que participaron en un estudio prospectivo de incidencia de cáncer establecido por la Sociedad Americana del Cáncer en 1992. Durante el análisis de 17 años, 4.760 mujeres fueron diagnosticadas con cáncer de mama.
Aproximadamente, una de cada diez (el 9,2 por ciento) mujeres no notificaron actividad física recreativa al comienzo del estudio y entre las que eran activas, la dedicación media fue equivalente a 3,5 horas a la semana de caminar a ritmo moderado. Principalmente, realizaban actividades de intensidad moderada, como caminar, montar en bicicleta, ejercicios aeróbicos y baile en lugar de actividades físicas intensas, como correr, natación y tenis.
Entre todas las mujeres, el 47 por ciento informó de caminar como su única actividad recreativa. Las mujeres físicamente activas tienden a estar más delgadas, con más posibilidades de mantener o perder peso durante la edad adulta, más propensas a beber alcohol pero menos propensas a fumar, además de utilizar la terapia hormonal después de la menopausia con más probabilidad y de haberse hecho una mamografía en el último año.
Entre las que señalaron a caminar como su única actividad, aquellas que lo habían siete horas a la semana tenían un riesgo un 14 por ciento menor de cáncer de mama en comparación con las que daban paseos tres o menos horas a la semana. De acuerdo con la mayoría de estudios previos, las mujeres más activas tenían un 25 por ciento menos de riesgo de cáncer de mama que las menos activas, una asociación que se no se diferencia por el estado de receptores hormonales, índice de masa corporal, aumento de peso o el uso de hormonas después de la menopausia.
"Nuestros resultados apoyan claramente una asociación entre la actividad física y el cáncer de mama después de la menopausia, siendo una actividad más vigorosa la que tiene un efecto más fuerte --subrayó Patel--. La gente se encuentra con información contradictoria acerca de la cantidad de actividad que necesitan para mantenerse saludables. Sin otro tipo de actividades físicas, caminar al menos una hora al día se asoció con un riesgo ligeramente menor de cáncer de mama. Las actividades más extenuantes redujeron aún más el riesgo".