MADRID 26 Mar. (EUROPA PRESS) -
Los relojes se adelantarán una hora la madrugada del próximo domingo, 28 de marzo, de modo que a las 2.00 serán las 3.00 horas, y esto hora pude producir "irritabilidad" y "somnolencia" en algunas personas, aunque a la larga supone un beneficio en las relaciones personales, según explica el psicólogo Valentín Martínez-Otero.
Este cambio puede afectar más a ancianos y a personas enfermas, "con pequeñas modificaciones del estado de ánimo: irritabilidad, más somnolencia, confusión ligera y alguna reacción de mal humor, pero será algo anecdótico en la mayor parte de los casos, ya que son síntomas pasajeros y atenuados". En general, "se produce una buena adaptación al nuevo horario que no suele durar más de unos pocos días".
En el caso de los niños en edad escolar, este experto advierte, en declaraciones a Europa Press, de que "pueden notar igualmente más sueño durante los primeros días, algo que puede compensarse con la flexibilidad del período vacacional iniciado". En el caso de los bebés afirma que "no tiene por qué advertirse".
A la hora de afrontar este cambio recomienda "extremar la prudencia" en actividades como la conducción, "no sea que la disminución del sueño se traduzca en accidentabilidad". Asimismo, señala que la mejor manera de adaptarse al cambio es tratando de modificar los hábitos gradualmente, "de manera que la transición sea lo más atenuada posible".
Finalmente, Martínez-Otero recuerda que a la larga es positivo el cambio horario, ya que "un mayor número de horas de luz anima a que se cultiven las relaciones interpersonales, así como el disfrute de actividades al aire libre. Así pues tiene en muchas personas un beneficioso impacto en el bienestar general".