Las caídas dentro y fuera del hogar provocan la muerte de más de 1.400 personas de más de 65 años

Anciano en silla de ruedas
EUROPA PRESS
Actualizado: viernes, 2 diciembre 2011 14:51

MADRID, 2 Dic. (EUROPA PRESS) -

Con motivo del Día Internacional de la Discapacidad, que se celebra el sábado 3 de diciembre, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) ha recordado que las caídas producidas dentro y fuera del hogar provocan la muerte de más de 1.400 personas de más de 65 años. La sociedad advierte de los problemas de movilidad y barreras arquitectónicas a los que se enfrenta el anciano con discapacidad.

Además, la SEGG ha puesto de manifiesto que las consecuencias médicas de las caídas suponen con frecuencia el inicio de la discapacidad en el anciano. Según datos que aporta la propia sociedad, "una de cada diez caídas genera lesiones severas como fracturas de cadera, hematomas subdurales o contusiones y heridas".

El malestar de este organismo está originado en el hecho de que, a pesar de que el derecho a la movilidad y la necesidad de eliminar barreras arquitectónicas está legislado, son escasos los estudios que a nivel nacional comprueben el cumplimiento de la legislación a este respecto.

La discapacidad no sólo es producida por el envejecimiento, sino que también la provocan enfermedades como el Parkinson, las demencias, la artrosis o los problemas visuales y auditivos. Estos enfermos mayores de 65 años ascienden en nuestro país -según datos de 2008- a los 4.454.200, de los que 2.415.900 tienen problemas de movilidad.

Los datos también exponen que uno de cada cuatro ancianos se encuentra en situación de dependencia, suponiendo una cifra total de 2.064.486. Sin embargo, "lo dramático de esta situación es que las cifras oficiales son muy inferiores a la magnitud real del problema porque el anciano oculta la caída si no hay lesión grave", explica el coordinador del Grupo de Osteoporosis, Caídas y Fracturas de la SEGG, Alfonso González.

Por prevenir estas caídas, la SEGG recomienda que en el hogar se despejen los pasillos, que no se dejen cosas en el suelo, una buena iluminación de los espacios o que se usen zapatos de suela antideslizante. Para la calle, es necesario que se cumpla la normativa y exista "una señalización adecuada y rigurosa de delimitación, advertencia y peligro, que debe ser perceptible por personas con cualquier tipo de discapacidad", concluyen.