MADRID 9 Oct. (EUROPA PRESS) -
Entre el 30 y el 40 por ciento de las mujeres, en torno a una de cada tres, acabará padeciendo incontinencia urinaria a lo largo de su vida, y más de la mitad de aquellas que hayan tenido más de un parto, según los datos presentados durante la VI Reunión Nacional de Suelo Pélvico, que se ha celebrado estos días en el Hospital Infanta Sofía de Madrid.
Según ha explicado el doctor Ramón Cantero, miembro del Servicio de Cirugía General de este hospital y coordinador del encuentro, esta patología es "extremadamente frecuente", sobre todo en pacientes de entre 60 y 70 años, y las razones de su aparición pueden ser muy variadas.
El prolapso de los suelos pélvicos suele ser la causa más frecuente, "bien porque se descuelga el útero o el recto", y hay factores como la obesidad o la multiparidad que "favorecen que haya más probabilidad de padecer incontinencia".
No obstante, es probable que las cifras de incidencia bajen, ya que en los últimos años se está recomendando a las mujeres embarazadas que realicen rehabilitación y ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico tras el parto.
El problema, según ha reconocido Cantero en declaraciones a Europa Press, es la falta de unidades específicas que permita identificar éstas y otras patologías de suelo pélvico, ya que está convencido de que "puede haber más casos de los actualmente registrados".
Además, a esta falta de diagnóstico se une el hecho de que muchas pacientes no quieran reconocer el problema ante el rechazo social que supone. "La mujer no lo comenta porque le avergüenza", según Cantero.
Sin embargo, el riesgo de no tratar estas patologías es grande, ya que "puede incluso requerir una intervención quirúrgica". Según explica este experto, la enfermedad requiere un abordaje multidisciplinar y el tratamiento más común suele ser de tipo conservador mediante ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico.
No obstante, añade, en los casos más complejos la cirugía ha demostrado ser eficaz para corregir el problema. Normalmente el abordaje es vaginal o abdominal, mediante laparoscopia, y "a veces se utiliza material protésico como malas para la suspensión de órganos".