MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) alerta del elevado coste que supone el abordaje de los trastornos mentales, que representan ya entre el 35 y 40 por ciento de todos los casos de enfermedad y discapacidad que se producen en los países que forman parte de esta entidad, entre ellos España.
El informe 'Mente en forma, trabajo en forma: De la teoría a la práctica en la salud mental y el trabajo', presentado este miércoles, informa de que el 20 por ciento de la población activa sufre una enfermedad mental y hasta una de cada dos sufrirá un deterioro de su salud mental a lo largo de su vida.
Esto hace que este tipo de trastornos estén detrás de un número cada vez mayor de patologías y su abordaje tenga un coste más elevado, equivalente al 3,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) en Europa.
Ante esta situación, informa la OCDE, los servicios sanitarios y de empleo deben estar atentos para intervenir cuanto antes e involucrar a los actores clave para garantizar tanto la inserción laboral de estos afectados como su permanencia, en caso de que ya tengan un puesto de trabajo.
De hecho, según el informe, incluso las personas con trastornos más leves o moderados, como ansiedad o depresión, tienen el doble de probabilidades de perder su empleo como consecuencia de su enfermedad, así como un riesgo mayor de marginación y pobreza.
"Los problemas de salud mental tienen un alto precio para los individuos, sus familias y la economía", ha reconocido el secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, durante la presentación del informe en La Haya (Países Bajos), reconociendo que muchos gobiernos han sido "demasiado lentos" a la hora de actuar. "Se necesita un liderazgo político fuerte para impulsar reforma y hacer frente a este problema", ha insistido.
SIGUEN TENIENDO UN "CONSIDERABLE" ESTIGMA SOCIAL
A pesar de que cada vez se habla más sobre el problema que suponen estas enfermedades, el informe asegura que todavía hay un "considerable estigma social" en torno a las enfermedades mentales.
La intervención precoz es clave, reconocen los autores del informe, que sin embargo critican que, en la práctica, la mayoría de países suelen tardar más de diez años en comenzar a tratr a estos pacientes desde que aparece la enfermedad.
Un retraso que, para la OCDE, es preocupante, que además critica que las tasas de falta de tratamiento sean más altas en la población joven, donde los tiempos de espera para una consulta también son los más largos.
"Cualquier acción que se ponga en marcha en la escuela o el lugar de trabajo tendrá un impacto mejor y más duradero", han reconocido los autores, que destacan la importancia de ofrecer apoyo en ambos ámbitos, tanto laboral como educativo, ya que el estrés o una mayor carga laboral puede ser clave para la aparición o aumento de estos problemas.
Para ello, consideran que tanto profesores, empresarios, médicos y trabajadores sociales deben estar formados para identificar en estadios precoces este tipo de trastornos.