Uno de cada cuatro supervivientes a un ictus fallece al año

Actualizado: martes, 16 febrero 2010 19:24

   WASHINGTON (ESTADOS UNIDOS), 16 Feb. (Reuters/EP) -


   Uno de cada cuatro supervivientes a un ictus acaban falleciendo en los doce meses posteriores al accidente cerebrovascular y un 8 por ciento volverá a sufrir un ataque similar, según los resultados de un estudio de la Medical University of South Carolina, en Charleston (Estados Unidos), que aparecen publicados en la revista 'Neurology'.

   Para ello, analizaron los registros de un total de 10.399 pacientes que durante 2002 fueron ingresados tras sufrir un ictus, con una edad media de 69 años. Un año después el 25 por ciento de ellos había fallecido, mientras que cuatro años después del primer ataque la mitad de estos pacientes o había fallecido o sufrió otro ictus.

   Además, los riesgos fueron mayores entre los afroamericanos en comparación con los pacientes de raza blanca y aumentaron con la edad y el número de enfermedades adicionales que sufrían estos pacientes. En cuanto a las complicaciones más habituales, el riesgo de infarto aumentó un 14 por ciento cada 10 años.

   Según destacó el doctor Wuwei Feng, autor de la investigación, pese a que Carolina del Sur --estado al que pertenecían los participantes del estudio-- se encuentra en el "cinturón de los accidentes cerebrovasculares" de Estados Unidos, con las tasas más altas de esta enfermedad, la cohorte utilizada es "suficientemente grande" como para que los resultados puedan extrapolarse a toda la nación y puedan servir para extraer conclusiones.

   Entre los factores de riesgo del ictus están la hipertensión arterial, las enfermedades cardiovasculares, diabetes, el tabaco o haber sufrido un ataque previo, por lo que "los resultados sugieren que Carolina del Sur, y posiblemente otras partes del país, tienen un largo camino por recorrer en términos de la prevención o reducción de factores de riesgo para la recurrencia", dijo Feng.

   Pese a todo, aseguró que se necesitan más estudios para definir cuáles son las políticas más apropiadas para prevenir los accidentes cerebrovasculares, cuyo coste en Estados Unidos asciende a los 74.000 millones de dólares anuales, unos 53.000 millones de euros.