1 de cada 4 niños en edad escolar sufre algún problema de visión sin diagnosticar

Actualizado: miércoles, 27 mayo 2015 13:24

MADRID, 23 Feb. (EUROPA PRESS) -

Uno de cada cuatro niños en edad escolar tiene problemas de visión sin diagnosticar, por lo que es recomendable realizar controles visuales a los 6-9 meses, a los dos y cuatro años y, a partir de entonces, una vez al año, según Alicia Ruiz, profesora de Optometría Clínica del Departamento de Optometría de la Universidad Europea de Madrid.

Ruiz recordó que el 30 por ciento de los casos de fracaso escolar están relacionados con problemas visuales. Por ello, aconsejó comenzar los exámenes desde que el niño es un recién nacido. En ese momento, el 75 por ciento de ellos son hipermétropes, una circunstancia asociada a que el ojo es 'corto' y que se irá modificando con el crecimiento. De esta manera, puede considerarse 'normal' que un niño recién nacido tenga hasta tres dioptrías de hipermetropía y que este defecto refractivo vaya poco a poco disminuyendo tendiendo a convertirse en un ojo emétrope o sin graduación.

La experta añadió que la decisión de compensar o no la hipermetropía de un niño dependerá de la cantidad de la graduación, de la edad del niño y de si ese defecto refractivo va acompañado de otras situaciones como estrabismo u alteración de la visión binocular.

Además, dijo que es fundamental realizar un examen visual completo para poder descartar ciertas patologías o situaciones que puedan provocar ambliopía u ojo vago. "Varias de las causas que pueden producir ambliopía son defectos de graduación muy altos no corregidos, una diferencia importante de graduación entre un ojo y otro y un estrabismo", explicó Ruiz.

EL QUE NACE MIOPE, SEGUIRÁ SIÉNDOLO.

La miopía afecta a en torno un 25 por ciento de los recién nacidos. Con el desarrollo normal del sistema visual esta miopía irá en aumento por lo que el niño tendrá siempre una imagen borrosa que se compensará con el uso de gafas o lentes de contacto.

Ruiz abordó estos temas en el 'Foro de formación sobre el abordaje multidisciplinar de las alteraciones visuales en la población pediátrica', celebrado en la Policlínica de la Universidad Europea de Madrid. Durante su intervención, esta experta subrayó la importancia de "realizar un trabajo conjunto por parte de todos los profesionales del área de la salud -especialmente de enfermeros y pediatras- para conseguir un buen diagnóstico y control de los trastornos visuales en los niños".

En cuanto al papel de los padres, les animó a prestar atención a señales como guiñar los ojos, acercarse al texto, frotarse los ojos o tenerlos enrojecidos. Igualmente, pidió que se vigilen detalles como la mala comprensión lectora, el hecho de que el niño se salte un renglón, que se tuerza al escribir, se salga al colorear o que se distraiga con facilidad.

Ruiz destacó que todos estos trastornos se pueden corregir fácilmente con gafas, lentes o con entrenamiento visual que consiste en ejercicios cuyo objetivo final es conseguir una correcta visión binocular y máxima eficacia visual ante las demandas visuales actuales.