WASHINGTON, 4 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush advirtió hoy a los estadounidenses de que una epidemia de gripe aviar podría causar grandes problemas que durarían meses, a la vez que instó a las ciudades, estados y empresas a formular sus propios planes para continuar funcionando, pues las autoridades federales no podrán ir en su ayuda.
"Nuestra nación enfrentará esta amenaza global unida en sus propósitos y en su acción a fin de proteger de la mejor manera a nuestras familias, a nuestras comunidades, a nuestra nación y a nuestro mundo de la amenaza de una pandemia de gripe aviar", dijo Bush a través de una carta en la que también informa de las formas de responder a una posible epidemia.
El año pasado Bush anunció un plan, de 7.100 millones de dólares (5.630 millones de euros), para preparar al país ante una posible epidemia de gripe aviar. En un nuevo informe que actualiza el anterior, se reconoce que las medidas más extremas, tales como cerrar la frontera de Estados Unidos en caso de que la epidemia se registre en vecinos países, no podrá evitar la contaminación. Aun así, aconseja limitar los viajes.
El objetivo del nuevo informe es reducir la rapidez de propagación del virus, dando tiempo a las autoridades para fabricar vacunas, entregar remedios, y limitar el casi inevitable caos económico y social.
En caso de una grave epidemia, alrededor del 40% de la fuerza laboral podría quedar fuera del trabajo durante dos semanas, calculó el informe. Debido a que un 85% de los sistemas vitales para la sociedad -- desde la producción de alimentos hasta la fabricación de medicinas, así como los servicios financieros-- están en poder de empresas privadas, el gobierno usó el nuevo informe para animar a las compañías a que comiencen a planificar sus tareas en caso de una pandemia.
"No menos importantes serán las acciones de ciudadanos individuales, cuya participación es necesaria para el éxito de esos esfuerzos", añadió Bush.