MADRID 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Intervida ha puesto en marcha un proyecto de control contra la fasciolasis hepática en la comunidad boliviana de Huacullani, situada en las orillas del Lago Titicaca, que contempla acciones relacionadas con el diagnóstico, el tratamiento, la investigación y la prevención tanto en personas como animales. Bolivia es el país con mayor incidencia de esta enfermedad, ya que registra zona endémicas como la comunidad de Chijipata Alto donde el 68% de la población padece fasciolasis, según un comunicado difundido hoy por la Fundación.
El programa se desarrollará en tres años y beneficiará a 174 familias. Como primera acción, según Intervida, se está elaborando un estudio que permita conocer la situación sanitaria de la región. Posteriormente, se llevará a cabo una labor de sensibilización para que la comunidad conozca la enfermedad, así como sesiones de capacitación al personal sanitario, los docentes y las familias para la prevención de la fasciolasis, tanto humana como animal. Todo ello se completará con el tratamiento de las personas y animales que padecen la enfermedad, y con la administración de medicamentos de prevención para evitar epidemias.
Según los estudios epidemiológicos realizados por el Instituto Gastroenterológico Boliviano-Japonés, la totora y el berro -plantas que crecen en las orillas del Lago Titicaca- son la principal fuente de infección de la fasciolasis. Además, la acumulación de agua estancada y la manipulación de abono orgánico contribuyen a la prevalencia de la enfermedad.
En este sentido, los animales contraen la infección al ingerir los vegetales que crecen en el agua contaminada o, incluso, al beber ese agua. Por su parte, el hombre contrae la enfermedad al ingerir animales, vegetales o agua contaminados y también participa en la transmisión por eliminación fecal de huevos contaminados, continuando así el ciclo.
La fasciolasis, que afecta a entre 1,7 y 2,6 millones de personas en el mundo, causa importantes daños físicos como la obstrucción de los conductos biliares, lesiones hepáticas, icteria, aumento del tamaño del hígado, desnutrición, diarreas, vómitos, deshidratación y, en casos extremos, la muerte. Por otra parte, según Intervida, también posee importantes consecuencias económicas, puesto que muchos animales mueren y otros sufren una importante disminución de la producción de leche y carne, además de los gastos que exigen las medidas profilácticas y terapéuticas.