MADRID 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Investigación Médica Aplicada (CIMA) y de la Clínica Universidad de Navarra, integrados en la Red de Investigación Cardiovascular (RECAVA), perteneciente al Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Ciencia e Innovación, han identificado un biomarcador que puede ayudar a prevenir complicaciones clínicas en la miocardiopatía hipertrófica (MCH), mediante su detección en un análisis de sangre, según han publicado en 'New England Journal of Medicine'.
En esta patología, que es la enfermedad cardíaca de causa genética más frecuente, "existen dos tipos de pacientes: los que presentan la mutación genética que la origina pero todavía no tienen engrosado el miocardio --enfermedad en fase preclínica-- y quienes además de la mutación, ya presentan engrosamiento del miocardio --enfermedad en fase clínica--", ha explicado el director del Área de Ciencias Cardiovasculares del CIMA, el doctor Javier Díez.
El estudio ha consistido en "analizar diversos biomarcadores sanguíneos relacionados con el metabolismo del colágeno en tres grupos de sujetos: personas sanas, pacientes con MCH en fase preclínica y pacientes con MCH en fase clínica", ha señalado Díez.
De este modo, la investigación ha determinado que la concentración de uno de los biomarcadores, el llamado propéptido C-terminal del procolágeno tipo I (PICP), se encontraba anormalmente elevada en los pacientes con miocardiopatía hipertrófica. Esta elevación era todavía más intensa en quienes ya presentaban manifestaciones clínicas.
"La gran aplicación práctica de este hallazgo radica en que la determinación del PICP en sangre permitirá identificar a los pacientes con MCH preclínica y fibrosis miocárdica, así como evaluar la severidad de la fibrosis en los sujetos con MCH clínica", ha señalado Díez. Esto es posible porque está demostrado que el PICP se asocia con el depósito miocárdico exagerado de fibras de colágeno.
La fibrosis del miocardio es una lesión característica de la MCH, que contribuye decisivamente al desarrollo de sus complicaciones clínicas. "Durante mucho tiempo se ha pensado que la fibrosis se desarrollaba cuando el ventrículo izquierdo ya estaba engrosado, pero en modelos animales se ha evidenciado que la fibrosis es anterior a dicho engrosamiento", ha subrayado Díez. Existen en fase de desarrollo tratamientos antifibróticos que pueden prevenir la aparición de complicaciones clínicas y por eso la detección precoz de la fibrosis miocárdica resulta fundamental.
La determinación del PICP en personas con MCH no sólo permitirá identificar a los que presentan fibrosis --estén en fase preclínica o clínica--, sino que también "permitirá individualizar la indicación de posibles terapias antifibróticas destinadas a prevenir las complicaciones clínicas de la MCH", ha indicado el investigador. Además, ha afirmado que el diagnóstico mediante PICP "ha demostrado ser más sensible que el actual diagnóstico por imagen".