El balón intragástrico aumenta en un 40% la pérdida de peso en obesos a dieta

Balón intragástrico
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Actualizado: martes, 3 noviembre 2009 17:21

MADRID 3 Nov. (EUROPA PRES) -

El tratamiento de la obesidad con balón intragástrico se consolida como un abordaje de primera línea al aumentar en un 40 por ciento la pérdida de peso en pacientes puestos anteriormente a dieta, según diferentes estudios presentados este martes por los doctores Gotrand Lopez-Nava, jefe del servicio de Aparato Digestivo del Hospital Universitario Madrid Sanchinarro y Alfredo Genco, profesor del departamento de Cirugía de la Universidad La Sapienza en Roma (Italia).

Así, se puede observar que en los 6 primeros meses los pacientes tratados con el balón y dieta perdieron más de 6 puntos de su índice de masa corporal (IMC), mientras que los pacientes que sólo se sometieron a dieta no bajaron más de 3 puntos. "Esto demuestra que en el seguimiento a corto medio plazo el balón intragástrico se muestra significativamente superior a la dieta en términos de pérdida de peso", advirtió Genco.

En cuanto a las perdidas de peso, según explicaron estos especialistas, serán siempre más significativas en pacientes con un sobrepeso menor. Así, aquellos con un IMC superior al 25/30 de su peso --alrededor de 10 kilos más--, son los candidatos "perfectos" para esta intervención ambulatoria, ya que su perdida de exceso de peso suele ser superior al 60 por ciento. Por el contrario, los pacientes con obesidad morbida --superobeso con un IMC superior 50-- son los que tienen una perdida menor (21%), sin embargo "se trata de una perdida importante a la hora de que estos enfermos se puedan someter a una cirugía", explicó Genco.

Así, entre los factores de éxito de esta intervención se observó que se encuentran: un IMC bajo (menor de 40), que sean mujeres y menores de 35 años. "Es importante hacer este procedimiento de manera temprana, no hay que esperar que estos enfermos lleguen a una obesidad mayor y con graves enfermedades", indicó.

Además, esta técnica está recomendada por su buen pronóstico en niños y adolescentes; sobre todo se suele recomendar a niños a partir de 11 años, aunque dependiendo de las necesidades del niño se han dado casos más tempranos. "No está protocolarizado, dependerá del paciente", explicó Genco. Al no tratarse de una cirugía quirúrgica, sino ambulatoria, se convierte en la herramienta perfecta para evitar el aumento del sobrepeso en la adolescencia.

En cuanto a la perdida inicial de peso, los expertos recordaron que tiene otros muchos beneficios sobre la salud, ya que gran parte de las enfermedades relacionadas con la obesidad --diabetes, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, etc.-- son atenuadas o eliminadas tras el uso del balón intragástrico. Así, un 44,3 por ciento de los pacientes finalizaron el tratamiento farmacológico de las diferentes enfermedades relacionadas con el sobrepeso; un 45,8 por ciento redujo sus tratamientos; y un 9,9 por ciento no observo ningún efecto sobre sus comorbilidades.

Por otra parte, de los diferentes estudios realizados se saca también en conclusión que la perdida de peso se mantiene a medio y largo plazo siguiendo una dieta y una vez retirado el balón intragastrico; sobre todo se observó que la perdida es menor que en aquellos que nada más realizaron dieta. A los 6 meses los pacientes con balón y dieta redujeron un 67 por ciento su exceso de peso, frente al 20 por ciento que redujeron los que estaban a dieta; cinco años después los primeros seguían reduciendo su exceso de peso (29%) que los que cuidaban su alimentación (11%).

Al respecto, el doctor Genco recordaba que "la dieta es muy segura pero no es eficaz; y sí lo es, lo es a corto plazo". Por el contrario, esta herramienta es muy segura en todos los aspectos, ya que además de los "buenos resultados" tiene muy pocas complicaciones derivadas de su colocación, uso y retirada.

Las complicaciones derivadas de su uso hace años suponía, según explicó el doctor Lopez-Nava, un porcentaje muy alto de riesgo, siendo en alrededor del 30 por ciento los casos de rotura. Ahora, "el índice no supera el 0,5 por ciento gracias a la introducción de nuevos materiales".

Además, las complicaciones son muy pocas: en un 1 por ciento se vieron casos de esofagitis; en un 0,33 por ciento se dio alguna complicación menor por su extracción temprana; en un 0,49 por ciento se produjo una oclusión gástrica; en un 0,26 por ciento una úlcera gástrica y en menos del 0,13 por ciento una perforación gástrica.