El Hospital atiende a unos 70 jóvenes al mes con dolores de espalda que, en la mayoría, reciben tratamiento ortopédico
PALMA DE MALLORCA, 10 May. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Son Dureta realiza unas 20 operaciones de columna pediátrica anuales en Baleares y cuenta con un equipo multidisciplinar que controla todos los posibles riesgos durante todo el proceso de la intervención para evitar que dichas lesiones sean, a la larga, "irreversibles".
Así lo manifestó hoy el director Médico de Son Dureta, Javier Martín que acompañado del responsable del Servicio de Traumatología infantil, Ignacio Sanpera y de los médicos adjuntos de neurología, Antonio Moreno y Francesc Miralles, presentaron la nueva Unidad de Cirugía infantil y juvenil que dispone el hospital.
Martín señaló que, aunque esta Unidad hace dos años que está en marcha, actualmente el Hospital trabaja con un equipo formado por hematólogos, neurólogos, un cirujano ortopédico y un intensivista pediátrico. Además, quiso recalcar que Son Dureta es el único centro de las islas que dispone de este tipo de tratamiento, por lo que se define "pionero" en este campo.
Sobre esto, Martín subrayó que, mediante la compenetración de este grupo multidisciplinar que atiende "caso por caso" todas las problemáticas infantiles relacionadas con deformidades de espalda, el resultado de las intervenciones es "más exitoso", hasta el punto, que, de momento, ninguna operación ha repercutido en lesiones vertebrales "irreversibles".
Por su parte, Martín explicó que, a pesar de que existe esta Unidad multidisciplinar, no todas las lesiones de espalda requieren de una intervención quirúrgica. En este sentido, concretó, que el Hospital recibe unas 70 consultas al mes de niños y adolescentes que padecen de dolores de espalda y que en la "mayoría" de casos, éstos reciben tratamiento ortopédico.
Aún así, señaló que existen "grandes" deformidades de espalda que aparecen en la etapa 'prepuberal' agudizándose durante la pubertad y pudiéndose derivar en "irreversibles" en edad adulta. Asimismo, planteó que la "complejidad" de estas operaciones requieren la formación de un equipo multidisciplinar.
En estos casos, según Sanpera, los médicos realizan transfusiones de sanguíneas a sus pacientes durante la operación por lo que es "imprescindible" que un servicio de hematología esté vigilando el proceso posterior de autotransfusión (durante la operación los niños reciben su propia sangre que ha sido extraída).
Sanpera señaló que la tarea de los hematólogos también consiste en proporcionar un 'gel plaquetar' que estimula el crecimiento óseo aumentando, de este modo, las posibilidades de obtener una "buena" unión de las vértebras, ya que la "mayoría" de pacientes precisan de extensiones de columna.
Por otro lado, Moreno comentó que en el caso de los neurólogos su función es controlar de forma "precisa" la respuesta de los nervios durante la cirugía. Añadió que durante la intervención los especialistas trabajan junto con la medula espinal y los nervios raquídeos, por lo que esto implica la existencia de un "cierto" riesgo de producir una lesión nerviosa.
Sanpera también aclaró que no sólo existe riesgo a lo largo de las 6-7 horas que dura la intervención, ya que la evolución posterior también requiere de una atención "cuidadosa". Asimismo, afirmó, es "imprescindible" la existencia de una unidad de cuidados intensivos pediátricos.
CAUSAS DE LAS DEFORMIDADES
Por otro lado, Sanpera apuntó que las deformidades de espalda en un 1 por ciento de la población infantil, vienen producidas por causas 'Hidiopáticas', es decir todavía los especialistas desconocen el porqué aparecen. En estos casos, detalló, la mayoría de niños requieren de cirugía.
Otro grupo de niños, continuó Sanpera, lo forman aquéllos que tienen enfermedades neurológicas, y en estos casos, las deformidades lumbares son consecuencia de los problemas que tienen con su sistema nervioso. Por último, también existe aquel segmento de población que sufre por cuestiones genéticas de nacimiento de desviaciones vertebrales.