MADRID 17 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Instituto Johns Hopkins para la Investigación sobre la Malaria han modificado genéticamente una bacteria, que comúnmente se encuentra en el intestino del mosquito, observando que el parásito que causa la malaria en seres humanos no sobrevive en los mosquitos portadores de esta bacteria modificada. Según el nuevo estudio, publicado en 'PNAS', las bacterias modificadas fueron efectivas, en un 98 por ciento, en la reducción de la carga del parásito de la malaria en los mosquitos.
La bacteria, 'Pantoea agglomerans', fue modificada para secretar proteínas tóxicas que afectan al parásito de la malaria -que mata a más de 800.000 personas en todo el mundo, cada año. Estas toxinas no dañan al mosquito, ni a los seres humanos.
"En el pasado, se ha trabajado para modificar genéticamente al mosquito, haciéndolo resistente a la malaria, pero la modificación genética de las bacterias es un enfoque mucho más sencillo", afirma el doctor Marcelo Jacobs-Lorena, autor principal del estudio, y profesor en Johns Hopkins. El investigador añade que "el objetivo final es evitar por completo que el mosquito propague el parásito de la malaria al ser humano".
En el nuevo estudio, Jacobs-Lorena y sus colaboradores observaron que las cepas de 'P. agglomerans' modificadas inhibieron el desarrollo del parásito más mortífero del paludismo humano, el 'Plasmodium falciparum', así como el parásito de la malaria en roedores, el 'Plasmodium berghei', en un 98 por ciento, dentro del mosquito. Así, la proporción de mosquitos portadores de parásitos se redujo hasta en un 84 por ciento.
"Estos hallazgos proporcionan la base para el uso de cultivos de bacterias simbióticas, modificadas genéticamente, como una poderosa herramienta para combatir la malaria", concluye Jacobs-Lorena.