MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de investigadores que estudia la actividad de las bacterias intestinales ha hallado un posible vínculo entre ellas y la eficacia de la quimioterapia. El estudio, presentado en el 12 Congreso Europeo de Cáncer de Mama, incluye un pequeño grupo de mujeres que estaban siendo tratadas con quimioterapia antes de ser operadas. En algunas de ellas, en las que la quimioterapia parecía eliminar todas las células cancerosas, los investigadores observaron un patrón particular en la actividad de las bacterias intestinales antes y después del tratamiento.
Los investigadores afirman que, en último término, entender la relación entre ambos fenómenos podría ayudar a los investigadores a que la quimioterapia sea más eficaz para más pacientes de cáncer. La investigación ha sido presentada por la doctora Kirsty Ross, residente de oncología médica del Centro del Cáncer Beatson West of Scotland (Reino Unido).
"A menudo, las pacientes con cáncer de mama reciben quimioterapia antes de la cirugía. Las pruebas efectuadas sobre los tejidos que se extraen durante la cirugía pueden mostrar entonces el nivel de sensibilidad del cáncer de la paciente a la quimioterapia. Si se han eliminado todas las células cancerígenas, eso predice unas posibilidades de curación de la paciente muy altas. Sin embargo, en muchas pacientes nos encontramos con células cancerígenas en el tejido eliminado, y esas personas tienen un riesgo mayor de recaída", ha señalado.
La doctora Ross y sus compañeros en el equipo de investigación analizaron las bacterias intestinales de las pacientes midiendo la cantidad de ácidos grasos de cadena corta (SCFA, en sus siglas en inglés) en sus muestras de heces. Estos compuestos son producidos por las bacterias en el intestino cuando descomponen la fibra de los alimentos.
El estudio incluyó dos grupos de mujeres, de peso y edades similares: uno formado por 21 pacientes con cáncer de mama es estadío inicial y otro por 21 mujeres sanas. Todas las pacientes de cáncer fueron tratadas con quimioterapia en el Centro de Cáncer Beatson West of Scotland y luego fueron operadas. El tejido extraído durante la operación fue analizado para comprobar si quedaban en él células cancerígenas.
A las mujeres sanas, los investigadores les tomaron muestras y les realizaron una serie de pruebas de SCFA. En las mujeres con cáncer, les tomaron muestras antes de que empezaran la quimioterapia, y también en mitad del tratamiento y tras finalizarlo. Y encontraron similares niveles de SCFA en las mujeres sanas y en las enfermas al principio del tratamiento.
Sin embargo, cuando se detuvieron a analizar con más detalle los niveles de SCFA en las pacientes de cáncer, observaron que había diferencias entre aquellas cuya quimioterapia había sido eficaz contra el cáncer y aquellas que todavía tenían células cancerígenas en las mamas.
En concreto, encontraron concentraciones bajas de dos SCFA (propionato y butirato) en las muestras tomadas antes y después del tratamiento en las mujeres que respondían bien a la quimioterapia, en comparación con las de las pacientes que no respondían tan bien.
Estudios anteriores ya habían demostrado que esas SCFA ejercen una influencia sobre el sistema inmune, al fomentar el desarrollo de un tipo de células denominadas "linfocitos T reguladores o supresores", que se sabe que reducen la capacidad del sistema inmune para combatir células cancerígenas.
"No podemos afirmar con seguridad que los diversos niveles de SCFA sean la causa de las distintas respuestas a la quimioterapia y necesitamos seguir investigando esta cuestión. Pero parece algo posible porque ya sabemos que esos compuestos desempeñan una función en el sistema inmune. Podría ser que los organismos de las pacientes que presentan unos niveles más bajos de una SCFA en concreto sean más capaces de activar una respuesta inmune junto con la quimioterapia, y lo comprobaremos en próximos estudios", ha asegurado la doctora Ross.
La investigadora y sus compañeros de estudio tienen previsto un estudio más amplio para observar las bacterias intestinales en pacientes con diferentes subtipos de cáncer de mama. También investigarán las respuestas inmunes contra el cáncer de las pacientes para ver si explican cómo influye el microbioma intestinal en la eficacia de la quimioterapia.