SANTANDER, 19 Jul. (EUROPA PRESS) -
El cardiólogo Valentín Fuster aboga por empezar a "prevenir" las enfermedades cardiovasculares desde edades "mucho más tempranas", en los niños de tres a seis años, porque éstas "empiezan a los 10" y porque tratarlas cuando ya se padecen es "carísimo".
"Lo que hay que hacer es prevenir la enfermedad, promocionar la salud", ha afirmado Fuster, que ha vuelto a Santander para impartir el curso magistral 'Población, bases clínicas y moleculares pide la enfermedad cardiovascular y la salud', en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
En esta cita, Fuster ha abogado por empezar a prevenir la enfermedad entre los niños, a través de la educación y la concienciación, porque es "una enfermedad que tiene mucho que ver con la conducta".
"Es la ventana de la oportunidad porque ellos escuchan y los adultos no escuchamos", ha afirmado el cardiólogo, que ha abogado por que los Gobiernos sean "los que tomen la iniciativa" de impulsar este tipo de programas educativos que fomenten hábitos de vida saludables.
En este sentido, el cardiólogo ha aludido al proyecto que se está impartiendo desde hace varios años en países como España, Colombia o Estados Unidos, en el que se está trabajando con 100.000 niños de tres a seis años, impartiendo 70 horas de docencia relacionadas con aspectos de la salud, como el funcionamiento del cuerpo, los hábitos de la alimentación, el ejercicio físico, entre otros.
Al respecto, Fuster ha explicado que los resultados que se están obteniendo a corto plazo con estos niños, con los que se trabajará hasta que tenga 20 años, son "muy buenos".
A preguntas de los periodistas, Fuster ha advertido de que en la actualidad hay "más enfermedad" cardiovascular, aunque con ella "se vive más años". "Ahí está el tema. La estamos tratando, no dejamos a la gente morir pero es carísimo", ha dicho.
CORAZÓN Y CEREBRO, "INSEPARABLES"
Además del problema económico en el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares, Fuster ha citado otro problema, que es el "cerebral". "Si prolongamos la vida pero no guardamos el poder cognitivo del individuo en un aspecto sano ¿para qué sirve prolongar la vida?", se ha preguntado.
Por ello, el cardiólogo ha señalado que hay que "ir con mucho cuidado y seguir muy de cerca al cerebro". Y es que, según ha explicado, el aspecto cerebral "va junto" con el cardíaco y los aspectos que influyen en el riesgo de padecer enfermedades del corazón, como la obesidad, el colesterol o la no practica de deporte, entre otros, son "los mismos" que pueden afectar también al cerebro. "Corazón y cerebro son inseparables en cuanto a enfermedad", ha concluido Fuster.