MADRID, 8 Mar. (EUROPA PRESS) -
Autismo España ha presentado la guía 'Recomendaciones para la detección y el diagnóstico del trastorno del espectro del autismo(TEA)', en la que pretende favorecer la incorporación de un enfoque de género transversal y efectivo en los procesos de detección y diagnóstico del TEA, centrado en niñas y mujeres, con motivo del Día Internacional de la Mujer.
El documento sensibiliza a los equipos profesionales de ámbitos como el educativo, sanitario y social. Para ello, ofrece una serie de recomendaciones de buena práctica elaboradas a partir de la literatura científica publicada sobre las manifestaciones clínicas del TEA en niñas y mujeres, considerando la perspectiva de género.
Asimismo, se ha basado en las experiencias y prioridades expresadas en primera persona por las propias niñas y mujeres con autismo, así como en el criterio y consenso experto de profesionales con una alta especialización en el diagnóstico clínico del TEA.
Las recomendaciones propuestas por Autismo España para mejorar la detección y el diagnóstica del TEA en mujeres, la entidad pide incorporar una perspectiva de género en el abordaje global del TEA; contar con equipos profesionales multidisciplinares altamente cualificados; establecer procesos de coordinación entre diferentes sistemas; sensibilizar a profesionales y especialistas relacionados con la salud mental sobre las manifestaciones del TEA en mujeres adultas.
También aconsejan investigar sobre la sensibilidad de las herramientas empleadas para la detección y diagnóstico del TEA y, por último, promover la investigación científica relativa a las manifestaciones del autismo en niñas y mujeres.
Esta publicación se enmarca en la línea de investigación sobre igualdad de género, puesta en marcha por Autismo España en 2018, para analizar la realidad de las mujeres y niñas con TEA en el contexto español, así como de las barreras que experimentan para acceder a los diferentes bienes y servicios.
EL TEA, CONDICIÓN MASCULINA
Por otro lado, Autismo España apunta que existe un vacío de conocimiento sobre cómo se presenta en el caso de las niñas y mujeres y cómo impacta en su calidad de vida, ya que el TEA se ha considerado tradicionalmente como un trastorno que afecta mayoritariamente a los hombres.
Esto se debe principalmente porque parece ser que las mujeres tienen una mayor competencia social o deseo de establecer contacto con otras personas, presentan menos comportamientos repetitivos y sus intereses pueden parecer comunes o similares a los de otras personas de su edad y género y tienen mejores competencias para camuflar o enmascarar sus dificultades sociales imitando a otras personas. Además, señalan que también hay un sesgo estructural en la práctica profesional.
Esta situación, indican, tiene graves consecuencia para las niñas y mujeres, por ejemplo, un mayor riesgo de que el diagnóstico de TEA no se considere o se descarte como alternativa en la valoración diagnóstica; un mayor riesgo de recibir diagnósticos erróneos; retraso en su identificación y en el acceso a los recursos de apoyo especializados para promover su desarrollo personal y su calidad de vida y en el aumento de su vulnerabilidad y el riesgo de sufrir experiencias de rechazo, crítica o culpa.
