MADRID, 24 Ene. (EUROPA PRESS) -
Hombres y mujeres tienen un riesgo similar y elevado de sufrir una nueva fractura después de padecer una fractura leve, según un estudio de la Universidad de Nueva Gales del Sur en Sydney (Australia) que se publica en la revista 'Journal of American Medical Association' (JAMA). Los investigadores señalan la necesidad de tomar medidas en el plano clínico para evitar estas posteriores fracturas derivadas en gran medida de la osteoporosis.
Según los investigadores, aunque cada vez son más las pruebas que muestran que una fractura anterior da lugar a un aumento en el riesgo de una nueva, menos del 30 por ciento de las mujeres y el 10 por ciento de los hombres son tratados para disminuir este riesgo.
Los científicos examinaron los riegos de padecer una nueva fractura en el caso de determinados tipos de fractura por osteoporosis en un grupo de hombres y mujeres de 60 años o más. Los participantes fueron seguidos durante 16 años, entre 1989 y 2005.
Según los investigadores, las mujeres tenían el doble de riesgo de nueva fractura, mientras que los hombres tenían 3,5 veces más riesgo. El riesgo de posteriores fracturas fue similar en hombres y mujeres. El aumento en el riesgo absoluto continuó por 10 años, periodo en el que entre un 40 y un 60 por ciento de los supervivientes sufrieron una nueva fractura.
En el caso de las mujeres, el riesgo absoluto de fractura era equivalente o superior al del riesgo de fractura inicial de una mujer diez años mayor. Por ejemplo, una mujer de entre 60 y 69 años con una fractura inicial tenía un riesgo absoluto de nueva fractura comparable al del riesgo de primera fractura de una mujer de entre 70 y 79 años.
El riesgo en los hombres de una fractura posterior fue similar al de las mujeres y equivalente o superior que el riesgo de primera fractura en una mujer diez años mayor. Así, un hombre de entre 60 y 69 años tenía un riesgo de fractura posterior similar o superior al del riesgo de primera fractura en un hombre al menos 20 años más joven.
Todos los tipos de fractura, excepto en el caso de las costillas en los hombres y los tobillos en las mujeres, dieron lugar a un aumento en el riesgo de fractura posterior, con un mayor riesgo en el caso de fracturas vertebrales y de cadera en los hombres más jóvenes. Análisis posteriores probaron que la densidad mineral ósea de cuello y fémur, la edad y el tabaquismo predecían las posteriores fracturas en mujeres y que la densidad mineral ósea, la actividad física y el consumo de calcio lo hacían en los hombres.
Según los investigadores, la relevancia clínica de estos de estos descubrimientos es que cualquier incidente de fractura leve es una señal de un mayor riesgo de todo tipo de posterior fractura por osteoporosis, sobre todo en los siguientes cinco a diez años. Por ello, toda fractura leve indica la necesidad de terapia preventiva.