MADRID 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por Proyecto Hombre, una organización dedicada a la asistencia terapéutica de personas drogodependientes que cuenta con 26 centros de rehabilitación y tratamiento en España -20 de ellos dedicados a adolescentes consumidores- revela que a lo largo de 2005 creció en un 50% la demanda de las familias para que sus hijos adolescentes reciban ayuda terapéutica en los centros de la organización, en comparación con el año anterior.
De acuerdo a datos proporcionados hoy por el presidente de la entidad, Albert Sabatés y por el director de Comunicación, Lino Salas, en 2005 los centros asociados recibieron a casi 2.000 adolescentes y 3.000 familias que demandaban ayuda especializada. De esa población, el estudio seleccionó una muestra de 169 familias implicadas en el proceso de recuperación de sus hijos a las que se les preguntó sobre su percepción ante el abuso de drogas de los jóvenes que, en promedio, tienen una edad de 18 años.
Este crecimiento significativo de la demanda fue interpretado por Sabatés como "una realidad preocupante que no deja de tener su lado positivo", ya que en su opinión, significa que existe una "mayor conciencia de las familias" de la existencia del problema de las drogas y de la necesidad de afrontarlo y de pedir ayuda.
Uno de los datos más significativos que se desprende del informe es que el 25,5% de los adolescentes cuyas familias asistieron a estos centros no tiene ninguna ocupación -ni estudia ni trabaja- mientras que un 53,3% continúa con sus estudios, un 17% trabaja y un 3% realiza ambas actividades simultáneamente. El presidente de Proyecto Hombre llamó la atención sobre estos resultados y advirtió que una confluencia de factores como falta de motivación, actitudes violentas, baja autoestima, inestabilidad emocional y escaso rendimiento escolar o académico pueden ser indicios, aunque no necesariamente, de una iniciación en el mundo de las drogas.
Si bien, Salas aclaró que los adolescentes de entre 13 y 23 años que reciben en los centros juveniles no son estrictamente drogodependientes sino que, en su mayoría, "están en una fase experimental con las drogas", admitió que existe la tendencia al policonsumo aparece a edad cada vez más temprana. En ese sentido comentó que en los adolescentes policonsumidores predominan dos tipos de sustancias: el cannabis y el alcohol y que algunos también llegan a incorporar la cocaína. Lo preocupante -según resaltó- es que el tiempo medio que un adolescente pasa del monoconsumo al policonsumo es de 2 años mientras que, los consumidores adultos demoraban 10 años en ampliar el tipo de sustancias consumidas.
De los adolescentes que recibieron atención en los centros asociados a Proyecto Hombre, un 85% son de origen español y un 15% extranjeros, en su mayoría del norte de África, Suramérica y países del Este. Los responsables del estudio destacaron el crecimiento de este sector de la población que demanda asistencia y que, está en consonancia con el incremento de la población inmigrante. Esta situación revela además -según manifestó Salas- que el problema del consumo de drogas "afecta a todas las capas sociales, nadie se libra".
NECESIDAD DE IMPLICAR A LAS FAMILIAS
El presidente de la organización recordó la importancia de contar con la implicación de las familias en el proceso de recuperación de los adolescentes y afirmó que una adecuada contención familiar puede ayudar a los jóvenes recién iniciados a recuperarse en menos de un año de tratamiento. El estudio, que releva información sobre los padres de los adolescentes asistidos, muestra que es la madre, en el 50% de los casos, la que primero llega a pedir ayuda frente al 39,8% de casos en los que los dos padres se implican en el proceso.
De los padres implicados en el proceso de recuperación de sus hijos, cuya edad media es de 50 años para el hombre y 46 para la mujer, la mayoría admite conocer solo a algunos amigos de sus hijos así como los ambientes que frecuenta. Otra dato que llama la atención y que guarda relación con los modelos de familia es el que señala que los padres de los adolescentes reconocen consumir alcohol (22%), tabaco (21%) frente al 8,5% de las madres que reconocen ser consumidores de alcohol y el 19%, de tabaco.
Respecto del consumo de drogas ilegales, un 3% de los progenitores admitió consumir alguna de esas sustancias lo que los ubica -según señaló el presidente de la organización- en situación de menor autoridad para imponer límites a sus hijos. Justamente la necesidad de lograr un equilibrio entre libertad y responsbilidad fue el mensaje con el que los autores del estudio cerraron la rueda de prensa: "cada modelo de familia es distintos y tiene sus propias normas y límites, los hay más permisivos y más estrictos; pero lo importante es llegar a un equilibrio entre aceptación y firmeza porque los límites son necesarios para los adolescentes, lo que no significa que haya que tenerlos encorsetados".