MADRID, 8 Ene. (EUROPA PRESS) -
La reducción del volumen, o atrofia, de partes del cerebro conocidas como amígdala e hipocampo podría predecir qué personas mayores con una salud mental sana desarrollarán demencia en un periodo de seis años, según un estudio del Centro Médico Erasmus de Rotterdam (Holanda) que se publica en 'Archives of General Psychiatry'.
Los expertos explican que nuevos métodos podrían ser capaces de evitar o retrasar el inicio de la enfermedad de Alzheimer, la causa más común de demencia entre los mayores. Métodos exactos de identificación de qué personas están bajo alto riesgo de demencia en la tercera edad ayudaría a los especialistas a determinar quién podría beneficiarse de estas intervenciones.
Los científicos utilizaron imágenes de resonancia magnética (IRM) para evaluar el volumen cerebral de 511 personas sin demencia que formaban parte del 'Estudio Rotterdam', una investigación que comenzó en el año 1990. Los científicos analizaron a los participantes en relación a la existencia de demencia en visitas iniciales durante 1995 y 1996 y luego realizaron visitas de seguimiento entre los años 1997 y 2003, durante las que se les consultó sobre problemas de memoria y desarrollaron pruebas neuropsicológicas amplias.
Los autores también controlaron los registros médicos de todos los participantes. Durante el seguimiento, los 35 participantes desarrollaron demencia y 26 fueron diagnosticados con enfermedad de Alzheimer.
Según los investigadores, las personas con atrofia grave de la amígdala o el hipocampo tuvieron un mayor riesgo de desarrollar demencia o enfermedad de Alzheimer durante el estudio, que siguió a los participantes durante una media de seis años.
Los resultados muestran que en aquellas personas que desarrollaron demencia las reducciones en el volumen cerebral estaban entre el 17 y el 5 por ciento, dependiendo de cuánto tiempo antes del diagnóstico se realizara la prueba de IRM. Los autores señalan que en las personas con la enfermedad de Alzheimer entre leve y moderada, las reducciones del volumen en comparación con las personas mayores sanas están entre el 25 y el 40 por ciento, lo que sugiere que las tasas de atrofia se aceleran en los pacientes con enfermedad de Alzheimer.
Los científicos sugieren que las imágenes estructurales del cerebro pueden ayudar a identificar a las personas con alto riesgo de desarrollar demencia, incluso antes de que muestren problemas de memoria o defectos cognitivos cuantificables. Sin embargo, los autores del estudio indican que la mayoría de personas con atrofia no desarrollaron demencia, incluso tras los seis años de seguimiento.