BARCELONA 28 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un estudio del Institut Marquès de Barcelona relaciona por primera vez la contaminación ambiental y la exposición a tóxicos con la pérdida de fertilidad femenina en mujeres de menos de 40 años, que acusan una menopausia precoz que les impide ser madres.
En declaraciones a Europa Press, la líder del estudio, la jefa de Reproducción Asistida del instituto, Marisa López-Teijón, ha relatado que las mujeres afectadas todavía tienen el período, pero no van a poder ser madres porque han visto reducida radicalmente su reserva ovárica por culpa de tóxicos y contaminantes en un 80%.
Hasta ahora se había relacionado la contaminación ambiental con la calidad del semen y esterilidad masculina, sin que saliera a la palestra que estos tóxicos también inciden en la fertilidad de las mujeres, ha reseñado la líder del trabajo, pionera en relacionar la polución y la pérdida de la calidad del semen hace 12 años.
"No hay un mayor índice de menopausia precoz en general, pero si una bajada de las reserva ovárica de mujeres potencialmente fértiles a una edad temprana", por culpa de contaminantes y tóxicos producidas en zonas industrializadas, ha señalado López-Teijón.
Esta problemática se atribuye en un 20% a factores clásicos como la herencia genética, enfermedades cromosómicas, dolencias autoinmunes, endometriosis y quimio y radioterapia, mientras que el 80% restante se debe a dioxinas, pesticidas, tabaco, plomo, hidrocarburos aromatizados, diseños policromados e irruptores estrogénicos.
De hecho, esta pérdida de la fertilidad femenina a menudo empieza en el útero, y es que "a los cinco meses el feto (niña) ya tiene toda la reserva ovárica y si en la grasa de la madre se acumulan muchos tóxicos esta reserva es menor y tendrá peor calidad", ha sentenciado López-Teijón.
PESTICIDAS PROHIBIDOS
La experta ha clamado contra la presencia importante de tóxicos prohibidos en la Unión Europea (UE) desde hace 20 años, como es el caso del compuesto DDT, que se utiliza como base de insecticidas por su bajo precio procedente de países de fuera del territorio europeo.
"El cuerpo humano no está preparado para metabolizar estos tóxicos y hemos hallado la presencia de DDT en la leche materna de mujeres catalanas y gallegas", ha revelado López-Teijón, quien ha apostado por impulsar una política clara de reciclaje de residuos, así como el cumplimiento del protocolo mundial de Kyoto.