MADRID 18 Mar. (EUROPA PRESS) -
La artrosis es una patología que se asocia con el envejecimiento, por eso su diagnóstico en niños es prácticamente desconocido, o mejor dicho es "excepcional", sin embargo sí se puede hablar de la enfermedad puesto que, aunque no la padecen como los adultos, ni es provocada por las mismas causas, se desarrolla lesionando el cartílago articular.
"Los niños no padecen artrosis como la enfermedad que es en el adulto, la etiología es distinta y viene provocada por distintas causas", explica a Europa Press el presidente de la Sociedad Española de Ortopedia Pediátrica, el doctor Rosend Ullot, quien destaca la importancia de reducir las lesiones articulares para evitar en el futuro que curse la enfermedad de adultos.
Por lo dicho anteriormente, el otro experto consultado, el doctor Jordi Ardèvol, traumatólogo y exjefe de los servicios médicos del Barça, destaca que "la artrosis en niños es excepcional. Se podría decir que, como tal, no existe. Lo que sí pueden padecer los niños son factores que en un futuro condicionaran el desarrollo de la artrosis".
No obstante, es cada vez mayor presencia de artrosis en edades más tempranas que hace años. "Por ejemplo, la artrosis de cadera que se desarrolla principalmente a partir de los 60 años, actualmente hay poblaciones de riesgo que practican algún deporte determinado que presentan artrosis de cadera ya a los 30-40 años", advierte Ardèvol.
La artrosis o desgaste articular, como tal es una enfermedad que se manifiesta a partir de los 40 años, sobre todo entre deportistas o personas que hacen ciertos movimientos repetitivamente; y puede afectar una o más articulaciones, siendo las más afectadas las rodillas, caderas, columna vertebral y los dedos.
La enfermedad, explican, se produce porque articulación tiene lugar un reblandecimiento de una zona del cartílago, seguidamente aparecen unas fisuras superficiales y el cartílago se va destruyendo poco a poco y, finalmente, afecta el hueso subcondral que es el que se encuentra por debajo del cartílago.
¿QUÉ LA PUEDE PROVOCAR?
Entre los factores asociados a su desarrollo de niño, destaca padecer una enfermedad inflamatoria articular como es la artritis idiopática juvenil, que "puede provocar lesiones articulares graves e irreversibles que obliguen a colocar una prótesis total de rodilla o cadera en un paciente adolescente", señala Ullot.
Por otra parte, las infecciones osteoarticulares, que entre sus secuelas más graves se encuentra la artritis séptica, "las lesiones del cartílago articular que provocarán una artrosis precoz y dolorosa de la articulación afecta".
"Las osteomielitis pueden lesionar los cartílagos de crecimiento total o parcialmente dando lugar a dismetrías o desviaciones angulares respectivamente. Las alteraciones de los ejes son uno de los grandes enemigos de las articulaciones de los miembros inferiores", señala este experto.
También a consecuencia de un problema mecánico como la displasia del desarrollo de cadera no solucionada con el tratamiento adecuado; por mala evolución de la enfermedad de Perthes (necrosis de la cabeza femoral); por el diagnóstico tardío y el tratamiento no adecuado de una epifisiolisis de la cabeza femoral del adolescente; y por traumatismos articulares que lesionen el cartílago articular, sobre todo fracturas que consolidan con alteración de los ejes de los huesos dan lugar a cargas incorrectas, que provoca que las articulaciones vecinas se deterioran precozmente.
Asimismo puede condenar al niño a una artrosis de adulto los microtraumatismos, es decir traumatismos pequeños pero continuos, que favorecen la aparición de lesiones en el cartílago articular, y que si no se evitan o amortiguan pueden desencadenar una artrosis; también las lesiones ligamentosas, meniscales y las sobrecargas crónicas son factores que pueden favorecer las lesiones cartilaginosas articulares.
"Debido a los microtraumatismos los niños que practican fútbol tienen mayor riesgo de desarrollar una artrosis en miembros inferiores, mientras otros deportes como el balonmano y el baloncesto pueden afectar los miembros superiores", añade Ullot.
Para evitar la aparición de la artrosis en niños y adolescentes que sufran algunas de las entidades descritas anteriormente hay que conocerlas y tratarlas adecuadamente, ya que "los diagnósticos precoces y el tratamiento que corresponde a cada patología es la que evitará el autentico calvario que puede representar para el niño y sus padres", explica Ullot.
PREVENCIÓN PARA EVITAR SU DESARROLLO
La artrosis se relaciona con una serie de factores de riesgo, por lo tanto una de las primeras recomendaciones del doctor Ardévol es prevenir en los niños los factores de riesgo que desarrollarían una artrosis de adulto: obesidad, sedentarismo, malformaciones de los ejes de las extremidades, etc. Además, "se deben tratar los factores de riesgo predisponentes, en elemento principal es la concienciación de la familia en que debe implicarse en corregir hábitos alimentarios".
En segundo lugar, teniendo en cuenta que la práctica deportiva puede provocar su desarrollo, el especialista recomienda evitar su práctica sin control y, en caso de traumatismo, si fuera necesario la familia debe colaborar en el tratamiento que "puede ser quirúrgico para corregir un factor de incongruencia articular o inestabilidad y que en un futuro ayude a desarrollar la artrosis".
"También se deben corregir de forma conservadora o quirúrgica las deformidades del esqueleto que en un futuro puedan provocar sobrecarga sobre zonas de cartílago articular; y se deben tratar los traumatismos como fracturas articulares o lesiones ligamentosas, que comporten inestabilidad articular, que con el paso del tiempo faciliten el desgaste del cartílago articular", añade.
Por su parte, Ullot recuerda que los niños tienen cartílagos de crecimiento que se pueden lesionar y dar lugar a la aparición de angulaciones, "las cuales hay que corregir para que no se afecten las articulaciones", destaca este experto, quien recuerda que "los traumatismos en la vida habitual y sobretodo en la práctica del deporte pueden tener consecuencias graves".
Por eso, además de una alimentación correcta y evitar en lo posible el sobrepeso, aconseja practicar deporte con el material adecuado a cada niño y deporte; incrementar la actividad poco a poco y en forma segura; no jugar cuando se esté muy cansado, aparezca dolor o esté lesionado; comunicarle al niño mensajes positivos sobre la seguridad, y cuando se produce una lesión es muy importante que el niño se recupere plenamente antes de reanudar la actividad deportiva.
En cuanto a lo deportes que, de ser practicados incorrectamente, tienen más riesgo para la articulación, destaca el fútbol, siendo las partes más lesionadas el ligamento colateral medial, los meniscos y el ligamento cruzado anterior; el baloncesto donde las lesiones afectan al tobillo y a la rodilla, por torsión o por aplicación de una fuerza lateral; y la gimnasia rítmica y deportiva, donde los micro traumatismos, la osteocondrosis (lesión del cartílago articular) y la apofisitis calcánea (sobrecarga del cartílago de crecimiento del talón) en los miembros inferiores, son las lesiones más frecuentes.