MADRID, 30 Dic. (EUROPA PRESS) -
El Senado de Argentina ha aprobado este martes la legalización y despenalización del aborto en el país, tras varias horas de debate y una votación muy ajustada en la que finalmente los partidarios del proyecto de ley que permite la interrupción voluntaria del embarazo hasta las 14 semanas han recabado los apoyos necesarios.
Eran necesarios la mitad más uno de los votos de la Cámara del Senado, y tras la confirmación del voto a favor de los senadores que se mantenían indecisos, finalmente el proyecto de ley ha conseguido recabar 38 votos a favor, frente a 32 en contra.
En un contexto marcado por la polarización entre partidarios y detractores de esta ley que permite el aborto, las 'verdes' y las 'celestes' han llenado las calles argentinas a la espera de la votación de esta tan anticipada legalización propuesta por el presidente, Alberto Fernández.
Eran cinco los senadores indecisos que podían marcar la diferencia entre la aprobación o el rechazo, como ya pasó en 2018 cuando, tras la aprobación del proyecto en el Congreso --como ha sucedido esta vez--, el Senado votó en contra de despenalizar el aborto.
No obstante, los cambios en la composición de la Cámara y que esta vez el proyecto de ley ha sido enviado por el Gobierno han marcado la diferencia para que la balanza se haya inclinado a favor de la legalización en esta ocasión.
Finalmente, los senadores Stella Olalla, Alberto Weretilneck, Lucila Crezell, Oscar Castillo y Segio Leavy han votado a favor.
"Me he dado cuenta que esta ley no promueve el aborto, solo le da un aborto legal", ha asegurado Leavy, que ha asegurado que también se ha dado cuenta de que "no se trata de mí, sino que es una situación que le compete a miles de mujeres".
Por su parte, Crexell ha explicado su cambio en el voto porque "los abortos no deberían existir, pero los abortos existen: fracasó la estrategia punitiva", y esta "criminalización pone en riesgo a las mujeres".
Uno de los proyectos que también ha decantado la balanza ha sido el conocido como 'Plan de los 1.000 días', un paquete de medidas económicas que busca dotar de mayor seguridad a las mujeres que tengan hijos en un contexto de aguda crisis social en el país.
Las calles del país han acogido a las 'verdes' que han celebrado en un ambiente de euforia la aprobación de la ley después de una lucha de años, caracterizada por los pañuelos verdes que han marcado la lucha para legalizar el aborto en el país latinoamericano.
Hasta hoy, en Argentina eran legales las interrupciones del embarazo en casos de violación o que pusieran en peligro la salud de la mujer. Fuera de esta lista de causales, el resto de abortos eran un delito penado con la cárcel.
Con la nueva ley, las mujeres argentinas de más de 16 años podrán abortar de manera legal durante las 14 primeras semanas de gestación tras firmar un consentimiento informado por escrito.
En referencia a uno de los aspectos más polémicos del proyecto, la objeción de conciencia por parte del personal médico, la ley obliga a todos los hospitales a tener un médico que esté dispuesto a practicar un aborto y a practicarlo en un plazo de diez días tras la solicitud.
A pesar de la aprobación en el Senado, Amnistía Internacional asegura que espera un largo camino hasta que funcione de manera regular en todas las provincias de Argentina, ya que será disputada en los tribunales por pedidos de inconstitucionalidad.