ZARAGOZA 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
El presidente del Gobierno de Aragón, Marcelino Iglesias, inauguró hoy la remodelación de la Unidad de Grandes Quemados del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, que será una "referencia" para las comunidades autónomas del entorno, según explicó el jefe del Ejecutivo autónomo, que visitó el Servicio de Traumatología del complejo Miguel Servet, donde está ubicada esta unidad. Iglesias estuvo acompañado por la consejera de Salud y Consumo, Luisa Noeno.
Iglesias comentó que esta Unidad de Grandes Quemados "se pone en servicio siempre que hay una catástrofe y el resto de servicios --de este tipo-- de otros hospitales envían al Miguel Servet a los accidentados que no pueden atender", es decir, que "es una unidad de extraordinaria importancia que denota el nivel de los profesionales del Servicio Aragonés de Salud".
El presidente aragonés continuó afirmando que "las heridas de los quemados son las más difíciles de resolver" y recordó que el Miguel Servet ha atendido a quemados desde 1971, como algunos de los afectados por la explosión que afectó, en 1978, al camping de Los Alfaques (Tarragona), con 215 fallecidos. También fueron atendidos heridos del atentado del Hotel Corona, de Zaragoza, y el incendio de la discoteca Flying de la capital aragonesa.
Tras afirmar que "el personal sanitario que trabaja aquí se lo merece", Marcelino Iglesias se refirió al proceso general de reformas que se están acometiendo en el complejo sanitario, tanto en todo el Servicio de Traumatología, como en los Servicios Generales y en Urgencias y consultas externas. "Pensamos que en un año estará todo terminado", dijo Iglesias, quien expresó que esta operación "es un paso más en la transformación que estamos haciendo en el Servicio Aragonés de Salud".
La gerente del Área I del Servicio Aragonés de Salud (Salud), Ana Sesé, repasó la historia de la unidad de quemados y subrayó que esta remodelación ha requerido "grandes inversiones".
MÁS DE 1.000 METROS CUADRADOS
La nueva Unidad de Grandes Quemados está situada en la cuarta planta del edificio, dedicada exclusivamente a la atención a este tipo de pacientes. Ocupa 1.345 metros cuadrados y cuenta con siete habitaciones individuales y dos boxes de críticos (en la anterior instalación no había).
Además, posee dos salas de curas, un quirófano, que incorporará un sistema de transmisión de imágenes, y una sala de recepción de urgencias, a través de la que entrarán a la planta los heridos más graves, que serán atendidos en los boxes de críticos. Asimismo, se ha creado una zona de acceso para las visitas, que podrán acceder a la planta a través de una esclusa de bioseguridad.
En cuanto a la innovación tecnológica, el servicio dispone de las últimas tecnologías para facilitar la atención y cuidados a los pacientes. Así, se han incorporado salas de curas con toma de gases que permiten la sedación o anestesia del herido, y bañeras con un mayor número de prestaciones que mejoran las condiciones de las curas.
También, camas de críticos convertibles en sillones y camas antigravitacionales específicas para los grandes quemados, que permiten tener al enfermo sin vendaje e impiden que la quemadura profundice. Se incluye también la recepción de radiografías digitales y, al igual que en otras plantas del Hospital de Traumatología, el sistema wi-fi.
La Unidad de Grandes Quemados ha sido una de las grandes apuestas dentro del plan de reforma del Hospital Universitario Miguel Servet, solo en el montaje y equipamiento se han invertido casi 443.000 euros. Se trata de unas dependencias creadas para mantener aislados a los pacientes y evitar así infecciones que puedan dificultar su recuperación. Su apertura está prevista a finales del mes de junio, una vez que se haya llevado a cabo la comprobación y validación microbiológica de la planta.
Desde su apertura en septiembre de 1971, esta unidad ha atendido a 1.574 pacientes, algunos de ellos derivados de sucesos de gran magnitud. Entre los casos de mayor gravedad se encuentran el incendio de Tapicerías Bonafonte en 1973, en el se contabilizaron 23 fallecidos y cinco heridos, el del Hotel Corona en 1979, donde murieron 78 personas y otras 114 resultaron heridas, el incendio en la discoteca Flying en 1990, en el que hubo 48 fallecidos y un herido grave, o, el suceso más reciente, la explosión producida en Harinas Porta el 14 de abril del pasado año, en el que fallecieron cinco personas.
La relevancia de este servicio va más allá del ámbito de la Comunidad Autónoma de Aragón, en toda España solo hay nueve hospitales con unidades de Grandes Quemados. Aparte del Miguel Servet de Zaragoza, referencia no solo para Aragón sino también para La Rioja, Soria y Navarra, este tipo de pacientes se atienden en centros sanitarios públicos de La Coruña, Bilbao, Sevilla, Valencia, Madrid, Getafe, Málaga y Barcelona.
De esta forma, esta unidad ha atendido a pacientes derivados de otros sucesos graves producidos fuera de territorio aragonés, como ocurrió en 1978 en el incendio de Los Alfaques en San Carlos de la Rápita, donde fallecieron 217 personas, en el del bingo de Calahorra ese mismo año --los ocho heridos de este suceso fueron ingresados en el Miguel Servet-- o en el de la conservera de Tudela en 2002.
CUALIFICACIÓN PROFESIONAL
Las quemaduras son las lesiones más complejas de todos los traumatismos, ya que aunque inicialmente afectan a la piel posteriormente se convierten en una agresión que afecta a todo el organismo y, a menos que las quemaduras sean tratadas con urgencia y adecuadamente, las consecuencias son el shock, la parada cardiaca, el fallo respiratorio y la lesión de otros órganos vitales incluido el cerebro.
Una quemadura grave puede ser tremendamente devastadora, y no sólo físicamente sino también en el plano emocional. Puede afectar no sólo a la persona que la sufre sino a toda la familia. Las personas con quemaduras graves pueden perder ciertas capacidades físicas, quedar llenas de cicatrices o sufrir infecciones. Además, las quemaduras graves pueden penetrar en las capas profundas de la piel, causando daños en los músculos o en los tejidos que pueden afectar a todos los sistemas del cuerpo.
La razón fundamental para la existencia de una Unidad de Grandes Quemados es la de mantener al paciente aislado del resto del hospital para evitar, en lo posible, la infección de la quemadura, lo cual se muestra como una medida eficaz para la disminución de la mortalidad y de las secuelas. Los pacientes con quemaduras necesitan servicios altamente especializados y profesionales cualificados.
En el Hospital Universitario Miguel Servet, el servicio será atendido por cirujanos plásticos, un anestesista y enfermeras y auxiliares de enfermería, aunque en la atención a quemados participa un equipo multidisciplinar en el que se incluyen también intensivistas, internistas, especialistas en enfermedades infecciosas, psicólogos o psiquiatras, fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales y respiratorios, dietistas y trabajadores sociales.
En cuanto a los cuidados y tratamientos que se prestan, una vez superada la primera fase de la quemadura, que consiste en reponer la pérdida de los líquidos circulantes, se tienen que eliminar todos los tejidos quemados y reponer la cobertura cutánea bien con injertos de piel del propio paciente, si la quemadura no es muy extensa, o cultivando una pequeña porción de piel y aplicándola cuando ese cultivo ha producido la cantidad de piel suficiente.
En una fase posterior comienza un periodo de rehabilitación que ayuda al herido a recuperar el máximo nivel posible de funcionalidad e independencia y a mejorar su calidad de vida general, tanto en el aspecto físico como psicológica y socialmente. La duración de todo este proceso requiere una hospitalización que, en ocasiones, llega a los dos o tres meses, varias intervenciones quirúrgicas y múltiples curas.