MADRID, 13 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación plantea la posibilidad de tratamientos más eficaces para la caquexia, una profunda pérdida de grasa y músculo que ocurre en aproximadamente la mitad de todos los pacientes con cáncer, aumentando su riesgo de muerte, según científicos del Instituto del Cáncer Dana-Farber, en Boston, Estados Unidos.
Muchas estrategias han tratado de revertir la condición, que puede causar tal fragilidad que los pacientes no pueden tolerar los tratamientos que potencialmente pueden salvar vidas, pero ninguna de estas terapias ha tenido un gran éxito.
Un equipo de científicos, dirigido por Bruce Spiegelman, demostraron en ratones con tumores de pulmón que los síntomas de caquexia mejoran o se impiden con la administración de un anticuerpo que bloquea los efectos de una proteína, PTHrP (proteína relacionada con la hormona paratiroidea), secretada por las células tumorales.
Los científicos dijeron que sus hallazgos, publicados en la edición digital de este domingo de 'Nature', son los primeros en explicar en detalle cómo la PTHrP de los tumores activa un proceso termogénico (que produce calor) en los tejidos grasos, provocando la pérdida de peso saludable.
Encontraron que esta proteína derivada del tumor estimula las células de grasa "beige" o marrón mezcladas con grasa blanca almacenada en el cuerpo, haciendo que la grasa blanca pase a marrón es decir, generar calor y causar la pérdida de peso, incluso cuando los animales estaban en descanso.
Los investigadores llevaron a cabo dos experimentos con ratones que desarrollaron tumores de pulmón y caquexia. En uno, les administraron un anticuerpo policlonal que neutraliza específicamente PTHrP y vieron que impidió que perdieran peso casi por completo, mientras que los animales no tratados tuvieron ligeramente caquexia.
En un segundo experimento, el tratamiento con el anticuerpo en los roedores evitó la pérdida de masa muscular en estos animales, además de promover una mejora de la función muscular, mientras que los roedores de control desarrollaron una severa pérdida muscular.
"Se podría haber esperado, basándonos en nuestros primeros experimentos en cultivos celulares, que el bloqueo de la PTHrP en los ratones podría reducir el pardeado de la grasa", dice Spiegelman. "Pero nos sorprendió que también afectara a la pérdida de masa muscular y la mejora de la salud", añade este experto.
La investigación sugiere que la PTHrP sola no causa directamente la pérdida de masa muscular pero que el bloqueo de la proteína impide su actividad, por lo que su papel no es la respuesta definitiva al enigma de la caquesia, señala Spiegelman, pero puede ser una parte necesaria con otros factores que también están involucrados.
Una colaborador en el estudio, Vickie E. Baracos, de la Universidad de Alberta en Edmonton, Canadá, proporcionó sangre de 47 pacientes con cáncer de pulmón o de colon que sufrieron caquexia, y Serkan Kir, del laboratorio de Spiegelman y primer autor del trabajo, encontró un aumento de PTHrP en 17 de estos enfermos. Los pacientes tenían una masa corporal magra significativamente menor y generaban más calor en reposo que los otros pacientes en el grupo.
Puede resultar que el mecanismo de la PTHrP es responsable de la caquexia en un subconjunto, pero no en todos los pacientes con cáncer, matiza Spiegelman. Antes de probar el anticuerpo contra PTHrP en pacientes humanos, cree que los médicos probablemente quieran saber primero si la proteína es elevada en ciertos tipos de cáncer y determinar qué pacientes serían buenos candidatos para un ensayo clínico.
El director científico de Dana-Farber, Barrett Rollins, considera que el informe de Spiegelman y sus colegas "proporciona una nueva hoja de ruta para el desarrollo de un tratamiento racional para esta condición muy debilitante que se produce en un gran número de los pacientes". "Hasta ahora, no hemos contado con ninguna manera verdaderamente eficaz de revertir esta horrible complicación", recuerda.
Los pacientes con cánceres gastrointestinales y pancreáticos superiores son los más propensos a desarrollar caquexia y la condición afecta a alrededor del 80 por ciento de los pacientes con cáncer terminal. La estrategia actual es dar estimulantes del apetito y suplementos nutricionales, junto con medicamentos para contrarrestar algunas de las vías moleculares que se cree que están en la base del proceso de desgaste, pero con un éxito limitado.