Anormalidades epigenómicas predicen la supervivencia del paciente en el linfoma no Hodgkin

Actualizado: viernes, 11 enero 2013 13:06

MADRID 11 Ene. (EUROPA PRESS) -

Un estudio del Centro de Cáncer de la Universidad de Colorado (Estados Unidos) publicado este jueves en la revista 'Plos Genetics' demuestra que en el cáncer, no sólo los genes pueden ir mal, sino que los cambios anormales en la "mesa de mezclas" epigenética, lamentablemente, pueden cambiar la expresión de estos genes. Los investigadores esperan poder controlar estos cambios epigenomicos perjudiciales para rechazar el cáncer en sí o tal vez sensibilizar los tumores a los fármacos existentes.

La principal herramienta del epigenoma y la más fácil de estudiar es la metilación: que concede pequeños grupos metilo a secuencias de ADN cerca de los genes para silenciar o promover su expresión. "No sólo vemos más metilación anormal en los pacientes con linfoma no Hodgkin de células B sanas en las poblaciones, pero hay tres subtipos distintos de la enfermedad en la clínica, a cada cual más agresivo que el anterior. Estas tres trayectorias clínicas del linfoma no Hodgkin fueron marcadas claramente por sus niveles de metilación anormal", explica De Subhajyoti, investigador del Centro de Cáncer de la UC y profesor asistente en la Escuela de Medicina de la misma Universidad.

En otras palabras, los patrones de metilación predicen la supervivencia del paciente. Subhajyoti y colegas mostraron que en células B cancerosas, el nivel de metilación del ADN de célula a célula varía enormemente y cuanto más ampliamente cambia el nivel de metilación del ADN, más agresivo es el cáncer. Así, una metilación anormal está ciertamente relacionada no sólo con el cáncer, sino también con los comportamientos agresivos de los subtipos de cáncer.

"Creemos que, además de las mutaciones genéticas que causan cáncer, los cambios epigenéticos desempeñan probablemente un papel sutil que permite al cáncer crecer dentro de nuestro cuerpo", subraya Subhajyoti, quien añade que durante los últimos 50 años, la comunidad científica trabajó para identificar los factores genéticos del cáncer, pero ahora en los últimos cinco o seis años se ha ampliado la búsqueda también en el epigenoma.

"Ahora esperamos encontrar que las anormalidades tanto genéticas y epigenéticas son importantes para la iniciación y mantenimiento del cáncer", añade.