MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
El diagnóstico de precisión, basado en el análisis de componentes o moléculas de los alérgenos, puede evitar el 30 por ciento de los errores diagnósticos en alergia infantil alimentaria y al polen, según los datos presentados en el XL Congreso de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP).
"Esto supone una oportunidad de tratamiento más individualizado y personalizado para aquellos niños sensibilizados a distintos alérgenos al permitir diseñar vacunas más específicas lo que aumenta las posibilidades de frenar la evolución de su enfermedad en el futuro y mejora su calidad de vida", ha comentado el doctor del Grupo de Trabajo de Inmunoterapia de la SEICAP, José Manuel Lucas Moreno.
Más del 80 por ciento de los niños que sufren rinitis alérgica están sensibilizados a más de un tipo de polen y se ha demostrado que más del 20 por ciento de los menores que desarrollan alergia alimentaria en su primer año van a padecer algún tipo de enfermedad alérgica a lo largo de la vida.
De hecho, los menores con múltiples sensibilizaciones y alergias a proteínas presentes en alimentos y pólenes, son susceptibles de sufrir errores tanto en el diagnóstico como en el tratamiento, al ser "muy difícil" dar con el alérgeno concreto. De ahí que, según ha comentado el experto, las vacunas realizadas con los alérgenos no siempre contengan el componente "exacto" al que el niño tiene alergia o sensibilización.
"Con el diagnóstico de precisión se pueden indicar inmunoterapias específicas que aumentan la seguridad y la eficacia. La posibilidad de conocer los componentes moleculares de los alérgenos permite conocer de manera más precisa el grado de gravedad y de riesgo de la alergia de cada menor, así como mejorar el pronóstico y tratamiento, lo que supone un paso más hacia la medicina personalizada", ha apostillado el director del Instituto de Medicina Molecular Aplicada de la Facultad de Medicina CEU San Pablo, Domingo Barber.
EVITA ERRORES EN EL TRATAMIENTO
Y es que, prosigue, el hecho de no realizar un diagnóstico de precisión en casos en los que es necesario, es decir, aquellos niños sensibilizados a moléculas, panalérgenos o especies vegetales, puede implicar que el tratamiento indicado no sea el adecuado para su caso.
En este sentido, en el servicio de Alergia e Inmunología Clínica del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, liderado por la doctora Ana María Plaza, se está llevando a cabo un estudio con niños con alergia alimentaria a alimentos vegetales y en los que el análisis molecular ha permitido mostrar sensibilización a proteínas presentes tanto en alimentos como en pólenes (LTPs transportadoras de lípidos).
De ellos, el 22 por ciento presenta también dermatitis atópica y el 72 por ciento alergia respiratoria (el 37 por ciento por ácaros, el 18 por ciento por pólenes, el 7 por ciento hongos y el resto por múltiples sensibilizaciones). Además, más de la mitad presenta alergia a otros alimentos no vegetales, sobre todo el huevo, la leche y el pescado.
"El diagnóstico molecular permite una selección precisa de moléculas para la correcta indicación de inmunoterapia en este tipo de casos. Así, los errores diagnósticos se reducen y hay un mejor pronóstico al discernir entre los peligros reales de algunas sensibilizaciones y al establecer el riesgo de padecer distintos cuadros clínicos de variada gravedad. Además, existe mejor estandarización de los extractos, y una mayor seguridad pues disminuye la necesidad de pruebas de provocación específicas en algunos. Otra ventaja es una mayor eficiencia y el abaratamiento de los costes de tratamiento, al optimizar la indicación de inmunoterapia específica", ha comentado la también presidenta de SEICAP.
Ahora bien, la doctora Plaza ha reconocido que a pesar de que el diagnóstico molecular o por componentes está "muy extendido", aún queda "mucho por hacer" y no todos los centros españoles pueden disponer de ello, lo que dificulta la calidad de vida de "muchos" niños que no responden bien a la medicación o tratamiento indicados
Finalmente, el doctor Barber ha destacado la necesidad de formar a los distintos especialistas en este ámbito y de nuevos programas de investigación que permitan mejorar la búsqueda de nuevos biomarcadores. Este experto está colaborando en la elaboración de un manual de próxima publicación sobre diagnóstico molecular, en el que participan 60 especialistas de todo el mundo, cuya distribución a los médicos será gratuita.