CASTELLÓN, 21 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un simple análisis de sangre puede avanzar si un paciente con cáncer de pulmón va a responder favorablemente a un determinado tratamiento de quimioterapia, según concluye un estudio realizado por varios expertos, entre quienes se encuentra el jefe de Hospitalización Oncológica del Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, Ramón de las Peñas, informaron fuentes de dicho centro sanitario. Se ha demostrado que "unos genes específicos están implicados en el desarrollo de los cánceres de pulmón y, lo que es más importante, que están relacionados con su agresividad", explicó Peñas.
A través del análisis de la variación genética en el ADN de las células sanguíneas, los especialistas pueden comprobar si existe una variación puntual en un determinado gen, conocido como XRCC3, que es capaz de discriminar qué personas van a ser más o menos sensibles a una determinada quimioterapia en el tratamiento de cáncer de pulmón.
La investigación ha determinado que el 25 por ciento de los pacientes que presentan esta variación o polimorfismo del citado gen son más sensibles a la quimioterapia y duplican su supervivencia con respecto a los demás pacientes, por lo que este estudio, que ha sido publicado este mes en la revista 'Annals of Oncology', supone un "paso adelante" en el tratamiento del cáncer de pulmón, añadió el doctor.
"Así --dijo- podemos ser capaces de discriminar, con un análisis de sangre, qué pacientes se beneficiarán de dicha quimioterapia y ofrecer a los demás otra combinación de fármacos", puntualizó.
El Consorcio Hospitalario Provincial de Castellón, que anualmente trata a unas 100 personas con cáncer de pulmón, tiene previsto realizar este análisis sanguíneo a los pacientes afectados por esta patología, según dichas fuentes.
CÁNCER Y GENÉTICA
El cáncer es una enfermedad genética que en algunos casos es hereditaria, pero en la mayoría de las ocasiones se origina por una alteración adquirida del ADN a lo largo de la vida del individuo que lo va a sufrir.
Estas alteraciones genéticas se deben a la acción de agentes externos como virus o radiaciones, entre ellas las solares, o a agentes químicos como los que produce la combustión del tabaco.
La lectura del genoma humano ha permitido conocer la secuencia de los genes del ADN humano e identificar los genes cuya alteración va a dar lugar a una proliferación de las células y, de ahí, al crecimiento y desarrollo de un tumor maligno.
Asimismo, se van conociendo otros genes --denominados reparadores-- que están implicados en la defensa del individuo ante la formación de un clon de células malignas y otros que van a actuar reparando los daños que producen las agresiones externas en el propio ADN.
En los últimos años, los científicos están investigando sobre estos genes reparadores, que sintetizan proteínas que van a reparar el ADN dañado para que la célula se vea protegida contra eventuales lesiones estructurales como, por ejemplo, las causadas por la quimioterapia o la radioterapia.
"Si administramos una quimioterapia y el sistema de reparación del ADN está intacto, el tratamiento va a ser muy poco eficaz", explicó Peñas, quien concluyó que "en un futuro no muy lejano estos análisis se realizarán de forma rutinaria con lo que se obtendrá toda la información genética del tumor y, así, se podrá diseñar un tratamiento individualizado para cada paciente".