LOGROÑO 25 Nov. (EUROPA PRESS) -
El consejero de Presidencia de La Rioja, Emilio del Río, señala que, en el caso de la paciente vasca que se seccionó un dedo y a la que no se trasladó en ambulancia desde el hospital San Pedro de Logroño a San Sebastián para recibir la atención requerida en su situación, "se siguió el protocolo" porque "no era un caso de amenaza vital". Apunta que, en estos casos, lo que dicta el protocolo es que "el centro receptor envía una ambulancia".
Del Río se ha referido este viernes, en la rueda de prensa de Consejo de Gobierno, a una información publicada por el diario 'El País', en el que se señala que "La Rioja negó una ambulancia a una vasca con el dedo seccionado". En este sentido, ha puntualizado que este caso no tiene nada que con las negociaciones que La Rioja y País Vasco están manteniendo sobre la atención de pacientes alaveses en La Rioja. "Se hacía antes y se sigue haciendo" de la misma manera y bajo protocolo, ha insistido.
Así, ha señalado que "la atención que se ha prestado ha sido correcta. Si alguien quiere enredar aquí, no tiene ningún motivo: los tiempos de espera han sido los normales y los protocolos los habituales".
La paciente, ha explicado, llegó al San Pedro, en el Servicio de Urgencias, se le asistió pero "no hay especialidad de microcirugía en La Rioja: si le pasa a un paciente también habría que enviarle fuera".
Ingresa "a las 12.33 y, si hubiera sido un caso de amenaza vital, el centro emisor (el Hospital San Pedro), si no puede atenderle, le envía en una ambulancia de su sistema a un centro emisor, pero no es un caso de amenaza vital".
Mientras tanto, "se llevan a cabo todas las tareas de un preoperatorio de forma que la operación podría llevarse a cabo nada más llegar al hospital donostiarra".
Del Río también se ha referido a un caso "como tantos" de un paciente riojano que sufrió un ictus en Benidorm y "se le estabilizó y, como no era una amenaza vital, La Rioja envió una ambulancia para recoger al paciente y tratarlo".
PODANDO UNAS VIÑAS
Según publica el diario, "el miércoles pasado Miren Martínez, de 31 años, se cortó en la mano izquierda podando vides en la bodega que su familia tiene en Elciego (Álava). Inmediatamente, uno de los trabajadores la llevó al Hospital de San Pedro, en Logroño, el centro más cercano; a apenas 12 kilómetros". Allí los médicos que la atendieron decubrieron que tenía el pulgar seccionado y que debía reimplantársele con microcirugía, para lo que debía ser trasladada a su hospital de referencia, que es el Hospital Donostia, de San Sebastián.
"El servicio riojano de salud, sin embargo --añade el diario--, se negó a transportarla en una de sus ambulancias. Martínez tuvo que esperar una que el País Vasco envió desde Vitoria. Más de cinco horas después --el límite recomendado para operar son seis--, los médicos le reimplantaron el dedo".