MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha pedido a todos los partidos que no hagan "de la Sanidad un elemento de confrontación política", y ha manifestado que dentro del programa electoral del Partido Popular se pretende "garantizar la movilidad", mantener la "equidad" y "cohesión", y "adaptar" a las necesidades del paciente el sistema sanitario.
Más allá de eso, ha señalado que "tiene que haber una capacidad de concertación mayor en nuestro Sistema Nacional de Salud entre el Gobierno y las CCAA, y también entre los partidos políticos".
"Hemos de intentar de rebajar el nivel de tensión dentro de la sanidad, intentar apartar a la sanidad como un elemento de confrontación política, y entender que para los grandes retos del futuro necesitamos asentar las bases para que podamos hacer pactos", ha afirmado en una entrevista en la Cadena SER recogida por Europa Press.
El ministro afirma que, "en estos años de crisis", se han hecho grandes esfuerzos que han mantenido el sistema sanitario. De cara al futuro, se ha mostrado preocupado por la situación de los profesionales y la inestabilidad de las plantillas, además ha advertido de la necesidad de contar en el marco de financiación con la prioridad de la garantía de la financiación de la sanidad pública.
Por otro lado, Alonso ha asegurado que el Partido Popular no derogará la retirada de la tarjeta sanitaria a los inmigrantes sin papeles, y ha negado que su aprobación "acabara con la universalidad" de la asistencia sanitaria en España.
"Asistencia sí y a todos, pero tarjeta sanitaria no", ha reiterado, advirtiendo que, una decisión contraria, entraría en "colisión con reglamentos de seguridad sociales europeos". Además considera que "discriminaría a otros ciudadanos extranjeros a los que sí les pedidos que tengan una vinculación de seguro con su país".
Por otro lado, preguntado por la introducción de la gestión privada en el sistema público sanitario, el ministro ha recordado que "la sanidad privada también tiene su papel y su importancia". Por tanto, no considera que se favorezca a la sanidad privada, y defiende que "el peso se ha mantenido constante", con un 30 por ciento de sanidad privada y 70 por ciento de sanidad pública.
En su opinión, "que el sistema tenga este 'mix' es bueno para todos y también favorece la financiación del sistema". "Nuestra obsesión y preocupación es dar una garantía pública a todas las personas. Que puedan tener acceso a un sistema público de calidad, financiado con los impuestos y que es uno de los grandes servicios redistributivos del Estado. Además, de cumplir con la protección de los ciudadanos" ha concluido.