MADRID 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Algunos de los quesos de venta habitual en supermercados superan los niveles de contaminantes recomendados por la Unión Europea, tal y como ha evidenciado una investigación realizada por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y publicada por la revista 'Food and Chemical Toxicology'.
Para llegar a esta conclusión los investigadores de este centro universitario nacional han analizado 61 marcas de este alimento, en las que en unas pocas han encontrado que la concentración de contaminantes organoclorados es "superior" a lo que marca la legislación europea. Por ello, recomiendan vigilar los bifenilos policlorados, "por ser cancerígenos".
En cuanto a las muestras en las que han aparecido las mayores concentraciones de estos compuestos, éstas han sido las procedentes "de quesos orgánicos", manifiestan. Así lo expone el responsables del Grupo de Investigación en Medio Ambiente y Salud (Unidad de Toxicología) de esta universidad, los doctores Luis Domínguez-Boada y Octavio Pérez-Luzardo.
En la actualidad, y según recoge la Plataforma SINC, la recomendación es "no superar los tres picogramos WHO-TEQ, medida de toxicidad promovida por la Organización Mundial de la Salud (OMS), de este contaminante por gramo de grasa del queso". No obstante, "en algunas muestras se han detectado hasta 76 picogramos WHO-TEQ por grama de alimento", indican.
PUEDEN PRODUCIR CÁNCER Y MODIFICACIONES DEL ADN
Además, la OMS también recomienda que la ingesta diaria tolerable "sea inferior a dos picogramos WHO-TEQ de dioxinas y análogos por kilogramo de peso corporal". "Si se consumen las marcas de queso más contaminadas se podría superar esa cantidad y, por tanto, aumentar la probabilidad de sufrir efectos perjudiciales para la salud", advierte el doctor Domínguez-Boada.
Este consumo "puede producir cáncer y mutaciones en el ADN, además de actuar como disruptores endocrinos que alteran el delicado equilibrio hormonal del ser humano", señala el galeno. Por ello, y por ser diabetogénicos y obesogénicos, "pueden afectar negativamente al metabolismo y elevar el riesgo de padecer diabetes y obesidad", manifiesta.
Estas sustancias nocivas llegan a estos alimentos a través de los pesticidas y las emisiones contaminantes de la industria, ya que "se transfieren al medio ambiente y se incorporan a la leche de los animales", explican los expertos. Ante ello, los autores recomiendan evaluar la presencia de estas ubicuas sustancias tóxicas en el medio ambiente y establecer medidas de control.
Entre ellas, los investigadores destacan las que apunta el Convenio de Estocolmo (Suecia) sobre contaminantes orgánicos persistentes. Este programa está auspiciado por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).