MADRID 12 Nov. (EUROPA PRESS) -
Las bajas presiones intensifican el dolor de las enfermedades reumáticas, como "la artritis, la artrosis y otras patologías de las articulaciones", según ha explicado el reumatólogo de la Clínica La Luz, el doctor José Félix Solano.
En concreto, indica que estas afecciones "se recrudecen" con la llegada del mal tiempo, aunque confirma que éste no aumenta su gravedad. Lo que si puede provocar el frío y la humedad es la necesidad de "reajustar los tratamientos en algunos casos", lamenta.
Todo ello provoca todos los años que, por estas fechas, las consultas de reumatología "registren un aumento de pacientes en busca de ayuda", asegura Solano. Éstos acuden a ellas porque, con los cambios meteorológicos, "se produce un repunte de la sintomatología dolorosa", indica.
EL CAMBIO DE ESTACIÓN NO AGRAVA LA ENFERMEDAD
"Los propios pacientes en las consultas nos dicen que notan cuando va a cambiar la presión atmosférica, cuando viene la borrasca, porque les duelen más sus articulaciones enfermas", afirma el especialista. Para él, estas dolencias "parecen estar relacionados con un desorden del equilibrio magnético intraarticular, inducido por el descenso de la presión atmosférica".
Por ello, Solano confirma que "no se trata, por tanto, de que el cambio de tiempo agrave el proceso de fondo, sino que el paciente lo vive con más sufrimiento porque le duele más". No obstante, éste es superado "haciendo los reajustes del tratamiento farmacológico y fisioterapéutico", señala.
En cuanto al tipo de enfermedad que suele afectar al paciente, el experto de la Clínica La Luz subraya que las degenerativas, como la artrosis, que suelen aparecer entre la cuarta y quinta década de la vida, "son las más frecuentes". Tras ellas, se encuentran los reumatismos de partes blandas, que "aparecen a edades más tempranas y afectan a estructuras periarticulares como los tendones, las bursas, los músculos o las fascias", explica.
Por último, señala como patologías con alta incidencia a la fibromialgia a las enfermedades metabólicas óseas y a las inflamatorias u autoinmunes, "cuyos máximos exponentes son la artritis reumatoide y las enfermedades del colágeno". Para evitarlas, lo mejor es "mantener una dieta equilibrada y realizar ejercicio de forma regular y ordenada", concluye.