FERROL, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Asociación de Personas con Trastornos en la Alimentación de Ferrol (Aperta) alerta de que ha registrado un aumento de los casos de anorexia y bulimia en personas de mediana edad. Generalmente se trata de personas de clase media-alta y principalmente mujeres.
Rebeca Graña, presidenta de la entidad, explicó a Europa Press que "cada vez hay más casos" en personas de mediana edad pero que con el "tratamiento adecuado" y "con voluntad" se pueden recuperar.
Tras conocerse que una jueza autorizó alimentar contra su voluntad a una mujer de Ferrol de 50 años de edad que pesa 30 kilos debido a la anorexia que sufre, Aperta destacó que es muy importante diagnosticar "a tiempo" este tipo de trastornos de la alimentación y aseguran que la curación "nunca es imposible".
En este sentido, apuntó que en el caso de las personas de mediana edad, generalmente son los hijos los que acuden a pedir ayuda y que a éstos les resulta "muy difícil" convencer a sus progenitores para que sigan un tratamiento.
ALIMENTACIÓN FORZOSA
En cuanto a la alimentación forzosa en casos extremos como en del la mujer de Ferrol ingresada en el hospital Arquitecto Marcide cuyos facultativos tuvieron que recurrir a las autoridades judiciales para alimentarla por vía parenteral, Graña explicó que Aperta no cree que la alimentación forzosa sea la solución, pero la presidenta del colectivo apuntó a que "a veces hay que acudir a ella".
No obstante, advirtió que antes de llegar a la alimentación forzosa "hay que buscar todas las vías" para lograr que el paciente coma y que, en todo caso, en la alimentación a la fuerza entran en conflicto dos derechos fundamentales --el derecho a la vida y el de la dignidad de la persona--. "Es una parte de todo el proceso de recuperación", agregó.
Fuentes sanitarias y judiciales rechazaron facilitar información sobre la mujer de 50 años, de mediana estatura y que apenas pesa 30 kilos, que se encuentra ingresada en el complejo hospitalario de Ferrol "por expreso deseo de la paciente y a familia".
En este sentido, desde el gabinete de prensa del Sergas apuntaron que únicamente "se hace cumplir una sentencia judicial". La jueza, Ana Lorenzo, titular del Juzgado de Instrucción y Primera Instancia de Ferrol número 5, fue quien autorizó la alimentación forzosa amparándose en la jurisprudencia del Tribunal Constitucional.
UNIDADES ESPECIALIZADAS
Asimismo, Rebeca Graña demandó más unidades especializadas para el tratamiento de los trastornos alimentarios ya que en la actualidad en Galicia sólo existe una, situada en el Complejo Hospitalario de Santiago de Compostela.
Dicha unidad, explicó, sólo cuenta con 10 plazas y 20 en el centro de día, y en ocasiones, dijo, los pacientes "tienen que esperar seis meses" para poder entrar. "Demasiado tiempo" para un enfermo de este tipo, indicó Rebeca Graña.
Al mismo tiempo, afirmó que es necesario "aumentar los baremos" de los ingresos porque en la actualidad sólo se admiten casos que están "al límite". En este sentido, apuntó la necesidad de atender en este tipo de centros a "personas que están empezando" a caer en este tipo de trastornos.